lunes, 30 de junio de 2008

"Amad a vuestros enemigos..." (Mt 5,43-48)

Entre nosotros es común el modo de actuación al que alude Jesús: Saludamos a los que nos saludan, hacemos favores a nuestros amigos o a quienes nos caen bien; en cambio, evitamos a los que nos caen mal y, sinceramente, no solemos echar una mano a quien en algún momento nos ha podido perjudicar... más aún, ¿quién no se ha alegrado alguna vez de la desgracia de alguien que le ha hecho daño? (Mt 5,43-48).
Este modo de actuar lo consideramos "normal", es decir, espontáneo...; es lo que nos brota... y nadie lo considera criticable... pues aquel contra quien actuamos así se lo merece, se lo ha buscado...
Frente a este modo de reaccionar Jesús nos dice: "Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre..." Es decir, nuestro modelo de referencia es Dios, su modo de actuar, su modo de ver las cosas... Y Jesús nos pone un ejemplo: El Padre hace salir el sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos e injustos...
Esta propuesta de Jesús supone una gran libertad interior pues implica que actuamos movidos por convicciones y no estamos a merced del contexto... Me explico...
Una persona que se relaciona con los demás en virtud del comportamiento que aquella otra persona tiene con ella, no es libre... Si yo saludo porque el otro me saluda, si yo le contesto mal porque aquella me ha tratado mal, es el otro quien determina mi modo de actuar, no yo... Jesús nos viene a decir que hacer el bien es una opción que brota de una decisión personal, independientemente de la respuesta que yo encuentre en el otro...
Seguramente conocéis el caso de un hombre que todas las mañanas saludaba muy cortésmente a un vendedor de periódicos que siempre lo trataba con desdén... Un amigo que iba con él todas la mañanas un día le dijo: "No entiendo porqué le hablas tan amablemente a ese hombre que te trata de manera tan grosera", a lo que su amigo le contestó: "Este hombre no va a decidir si yo soy amable o no..." Y, sí, así es el Padre... Dios es Amor y no puede ni sabe hacer otra cosa que amar, aunque nosotros no respondamos a su amor... Como dice un proverbio chino: "Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito".
El distintivo de los primeros cristianos era el amor a todos, incluidos los enemigos que los perseguían para darles muerte, ¿es también el nuestro?

viernes, 27 de junio de 2008

"Sed perfectos..." (Mt 5,48)

Jesús concluye la primera parte del Sermón del Monte con estas palabras: "Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre del cielo" (Mt 5,48).
Una vez más, Jesús sintoniza con uno de nuestros deseos más profundos: la perfección... Todos deseamos hacer bien la cosas... Todos deseamos destacarnos en algo... Todos deseamos sacar lo mejor de nosotros mismos... Y, sí, el Padre nos quiere perfectos, desea que alcancemos la plenitud de nuestro ser pero, ¿perfectos en qué?
Jesús ha respondido a esta pregunta a lo largo del capítulo 5 de Mateo. Nos ha hablado de las bienaventuranzas, nos ha propuesto un código de conducta basado en el amor: la fidelidad, la autenticidad, vencer el mal a fuerza de bien...
Esta postura de Jesús supone una revolución religiosa... No se pone la perfección en el culto (cumplir una serie de prácticas religiosas), en la pureza ritual, en ser "mejores" que los demás (que nos suele llevar a sentirnos por encima de ellos)... La perfección está en el amor, lo que más nos asemeja a Dios es el amor...
Perfecciónate en tu profesión, haz bien lo que tienes encomendado pero, sobre todo, intenta mejorar cada día en lo más importante: aprender a amar a tus semejantes, que son tus hermanos, como el Padre nos ama..., no porque seamos buenos sino porque no sabe hacer otra cosa que amar...

miércoles, 25 de junio de 2008

Fiesta de San Juan Bautista

En muchos pueblos y ciudades el día de ayer se ha celebrado la Fiesta de San Juan, una fiesta muy popular y de hondas tradiciones y raíces... Sin embargo, no sé si para todos es particularmente conocida su figura...
Juan "el Bautista" (conocido así por su "oficio": bautizar) es un personaje muy importante del Nuevo Testamento; es conocido también como "el Precursor", pues tuvo como misión "preparar el camino al Señor" para que el Mesías encontrase "un pueblo bien dispuesto"... Ello nos recuerda la misión del cristiano: preparar el camino para que Jesús sea conocido, amado y seguido... Pero, ¿cómo podemos preparar el camino? Hay formas muy sencillas... Una palabra oportuna que transmita el mensaje del evangelio (perdón, amor, misericordia, aliento), un gesto cercano que ponga de manifiesto la ternura y la compasión de Dios Padre... Preparar el camino para que las personas que nos rodean se dispongan a acoger como "buena noticia" el mensaje y la invitación de Jesús...
En boca de Juan se ponen una palabras preciosas: "Es necesario que él [Jesús] crezca y que yo disminuya"... ¿Puedo decir yo lo mismo? ¿Va creciendo Jesús en mí, en mi vida, en mi corazón? ¿Va "disminuyendo" mi manera de ver las cosas y van siendo sus criterios, su manera de ver la vida, de reaccionar, los míos?
Que la figura de Juan nos estimule en nuestro seguimiento a Jesús...

lunes, 23 de junio de 2008

Venced el mal a fuerza de bien (Mt 5,38-42)

Después de haber explicado todo el alcance de algunos de los mandamientos del Decálogo, Jesús va a cuestionar dos principios básicos del comportamiento social, el primero de ellos es la conocida como Ley del talión: “Ojo por ojo y diente por diente...”
La Ley del talión supuso un avance para la humanidad. Con ella se ponía un límite a la justicia (¿o más bien a la venganza?). El límite consistía en dar una respuesta proporcionada... Si te sacan un ojo, tienes derecho a sacarle el ojo a quien te agredió, pero sólo un ojo, no los dos... Visto así es un principio justo... Pero, una vez más, Jesús quiere ayudarnos a entrar en el modo de actuar de Dios como el único modo de construir una sociedad más fraterna y nos dice: "No opongáis resistencia al mal…” Y pone tres ejemplos concretos: “al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécela también la otra; a quien quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.” Y termina formulando un principio universal: “A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le des la espalda" (Mt 5, 38-42)... ¿Qué sabiduría se esconde detrás de esta invitación?
Gandhi lo entendió muy bien... La lectura del Sermón del Monte lo llevó a luchar por la independencia de la India utilizando la no violencia... Es decir, no se trata de no hacer nada sino de hacer las cosas de manera distinta…
Jesús nos viene a decir algo muy importante: Si todos a la violencia respondemos con violencia lo único que obtendremos es una espiral de violencia... Por tanto, ésa no es la solución… Tenemos demasiados ejemplos que lo atestiguan…
Pero nos viene a decir algo más, no se trata sólo de no responder con violencia sino de responder al mal de manera radicalmente opuesta… Y nos da tres ejemplos:
1) Poner la otra mejilla, es decir, no responder a la agresión con agresión, al insulto con insulto, a la ofensa con ofensa, y no sólo no responder, sino estar dispuesto a sufrir una nueva agresión (me recuerda a la afirmación de Jesús de que hay que perdonar hasta 70 veces 7).
2) A quien te quiera quitar la túnica, dale también el manto, es decir, no pleiteéis por los bienes, sé generoso, no merece la pena…
3) Si alguien quiere obligarte a hacer algo que en ese momento no quieres hacer (caminar una milla), accede con gusto incluso a caminar dos…
Estos tres ejemplos nos proponen una nueva ética… Y no porque seamos tontos, ingenuos o cobardes... No… Hace falta mucha valentía y fortaleza interior para actuar renunciando a la autoafirmación... Pero detrás está el convencimiento de que esto terminará transformando la violencia en bondad pues con nuestra actuación introducimos un nuevo principio en el mundo... ¡Alguien tiene que sembrar bondad precisamente en los lugares donde reina la violencia...! Jesús nos viene a decir que el mal se vence sólo haciendo el bien, renunciando a entrar en su misma dinámica de violencia…
Es verdad que esto no da resultados inmediatos… Incluso en un primer momento puede generar nuevos abusos, pero está comprobado que esto, a la larga, desarma al verdugo… Con estos métodos Gandhi consiguió la independencia de la India… Por tanto, no estamos justificando ni tolerando las actuaciones violentas... No... Esto hay que denunciarlo y combatirlo, pero no con violencia sino respondiendo con la misma entereza de Jesús...Lo que Jesús nos pide es, nuevamente, un amor sin límites... un amor que se expresa en la generosidad (a quien te pida da) y en la no agresividad... convencidos de que, actuando así, romperemos la dinámica de la agresividad y seremos, como piden la bienaventuranzas, constructores de paz... No la paz del cementerio, sino la auténtica paz, la de quien crea un entorno en el que la violencia no tiene la última palabra...

viernes, 20 de junio de 2008

"No jurarás en falso" (Mt 5,32-37)

Todos hemos oído hablar de lo "políticamente correcto". Con ello se viene a decir que hay cosas que, aunque son verdad, no deben decirse en público, no sería "correcto"...
Vivimos en una sociedad donde la verdad no es un bien excesivamente cotizado... Se dicen "medias verdades"... Se manipulan los hechos para hacerles decir lo que nosotros deseamos...
De niños nos enseñaron que hay cosas que no se deben decir o, por el contrario, cosas que si se dicen, se obtienen beneficios... Por ejemplo, un niño sabe que a veces si le dice la verdad a sus padres, maestros u otra persona de autoridad, será castigado... Otro, en cambio, ha aprendido que si dice a estas mismas personas lo que ellas desean oír, será recompensado... ¿Cuál es el mensaje que ha recibido este niño? Lo importante no es decir la verdad, sino evitar un castigo u obtener un premio... Una sociedad que educa así no va por buen camino... De hecho, este mismo patrón se repite en el trabajo, en la calle... Digo lo que el otro quiere oír y no digo lo que me puede ocasionar un problema, pues me van a criticar, me van a ignorar.... Y, sí, decir la verdad en muchos momentos tiene su precio... pero cuando no la decimos, el precio que pagamos es aún mayor pues construimos un mundo hecho de mentiras, y yo mismo no termino sabiendo quién soy, me convierto en un "camaleón" que me comporto de acuerdo al entorno, según a quién tengo delante...
Frente a esto, Jesús dice: "Se os ha enseñado que no debéis jurar en falso... pero yo os digo que no juréis en absoluto... Que a vosotros os baste decir sí o no..." (Mt 5, 32-37). ¡Qué invitación más hermosa...! Jesús nos invita a la autenticidad... Los cristianos seguimos a Jesús, y Jesús es la Verdad... Él mismo nos dijo que la Verdad nos haría libres... No se trata de usar la verdad para dar bofetadas ni de, en nombre de la verdad, faltar el respeto a los demás... Seamos personas auténticas, transparentes, de una sola pieza...; personas dignas de confianza... ¡Recuperemos el valor de la palabra dada!

miércoles, 18 de junio de 2008

"No cometerás adulterio" (Mt 5,31-32)

El segundo mandamiento del Decálogo al que Jesús va a dar su verdadero sentido es el referido a la fidelidad dentro del matrimonio.
La catequesis de Jesús toca dos aspectos.
En primer lugar se refiere no sólo al acto físico del adulterio, es decir, a la infidelidad consumada, sino que va más allá... Nos viene a decir que el adulterio, antes de convertirse en un hecho consumado, se gesta en el corazón... Por eso Jesús habla de los deseos...
La invitación es a velar sobre nuestros deseos, pues estos tienden a realizarse... Por eso es bueno preguntarnos de vez en cuando qué deseos anidan en mi corazón... Los buenos para cuidarnos y alimentarlos y, los no tan buenos, para erradicarlos... es lo que quiere decir Jesús con la expresión: "Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo"...
El segundo aspecto se refiere a la mutua fidelidad... En el Antiguo Testamento el varón tenía derecho a "repudiar" a su mujer, es decir, a divorciarse casi por cualquier motivo, dejando a su esposa sencillamente en la calle en total indefensión... Jesús es un gran defensor de la mujer y de la igualdad, pero no va a poner dicha igualdad en que la mujer pueda también divorciarse de su marido sino en la mutua fidelidad, por eso ninguno de los dos deberían romper el matrimonio...
Para muchos esta postura de Jesús es incomprensiva y demasiado exigente... Todos conocemos los fracasos que se dan dentro de la vida matrimonial y lo difíciles que pueden ser algunas situaciones... y si hay alguien que conoce y comprende la debilidad y fragilidad humana es nuestro Padre... Jesús lo que intenta es proponernos el ideal, nuestra llamada más profunda, y estamos llamados a la fidelidad, a mantener relaciones capaces de perdurar en el tiempo... no estamos hechos para las experiencias caducas sino para un amor que dure para siempre...

lunes, 16 de junio de 2008

"No matarás..." (Mt 5,17-26)

Después de haber expuesto las Bienaventuranzas como la gran noticia de que Dios nos quiere Felices, Jesús va a hacer una declaración importante: "No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir sino a darle su verdadero sentido" (Mt 5,17-19). De este modo aclara un posible mal entendido... Dios nos ofrece, nos regala la felicidad y nos indica el camino para alcanzarla... Nuestro Padre no pide, da... no exige, ofrece, regala... Pero el que Dios tenga la total iniciativa y el que sea alguien que se da por completo sin haber hecho nosotros nada previo, no significa que nosotros podamos vivir al margen de todo compromiso... Es decir, la experiencia del amor incondicional y gratuito de Dios no puede reducirse al ámbito de la mera interioridad sino que tiene que tener repercusiones en nuestra relación con los demás... El amor de Dios nos debe ayudar a vivir con mayor compromiso nuestro amor a los hermanos... Por eso, a continuación, Jesús irá explicando el verdadero sentido de algunos mandamientos del Decálogo...
En primer lugar nos dice que tenemos que ser mejores que los letrados (teólogos) y fariseos (practicantes rigurosos)... Pero, ¿mejores en qué? Probablemente en que no basta "saber" (letrados) o realizar determinadas prácticas religiosas (fariseos) para ser personas creyentes sino que hay que vivir la plenitud del amor... (Mt 5,20).
El primer mandamiento del Decálogo que va a llevar a sus máximas consecuencias es el "No matarás" (Mt 5,21-26). En realidad, no sería poco si lo cumpliéramos; actualmente hay demasiado desprecio a la vida, sobre todo en sus manifestaciones más débiles (los niños no nacidos, los ancianos, los que tienen algún tipo de deficiencia)... Pero Jesús nos viene a decir que no basta no matar... Cuántas veces decimos: yo no mato, yo no robo... Jesús nos viene a revelar que cualquier sentimiento de animadversión contra una persona es una forma de asesinato... No basta no matar, hay que luchar contra todo sentimiento y manifestación de desprecio a los demás... Se trata de tener el corazón limpio de todo resentimiento, envidia, desprecio... Jesús nos pide un corazón fraterno, un corazón reconciliado... Y no porque a veces no tengamos motivos de resentimiento, sino porque queremos tener un corazón compasivo como el Padre, porque queremos vivir de acuerdo a las bienaventuranzas... porque sabemos que así seremos felices...
Mira tu corazón... Observa si tienes algún sentimiento negativo contra alguien... Reconócelo, ponle nombre y pide a Jesús que te enseñe a perdonar, que te enseñe a no guardar rencor, que te dé un corazón semejante al suyo... Y, si lo ves oportuno, reconcíliate con quien tienes algún tipo de distancia o malentendido... Y, recuerda, a veces sólo es necesario un gesto...

viernes, 13 de junio de 2008

Seamos sal y luz... (Mt 5, 13-16)

Al concluir el discurso sobre las Bienaventuranzas, Jesús dice a su auditorio: "Vosotros sois la luz del mundo... Vosotros sois la sal de la tierra..." El Señor no nos llama a ser ese sol fulgurante que brilla hasta poder enceguecer, sino la luz humilde que ilumina lo que tiene alrededor... Tampoco nos invita a ser un plato suculento, sino una pizca de sal que no se ve, pero que es la encargada de dar sabor a ese plato delicioso... Con ello nos invita a tener una presencia humilde, callada, aparentemente oculta, pero una presencia que haga la vida de los que nos rodean más llevadera, más luminosa, más "sabrosa"...
Que durante el día de hoy nuestra presencia dé un rayito de luz a alguna persona que me encuentre en el camino y que mi modo de ver la vida, de hablar, de juzgar, sea la sal que dé a la vida otro sabor, el sabor de Dios...

miércoles, 11 de junio de 2008

Jesús Maestro de la Felicidad (3). Mt 5, 7-12


Hace dos días hemos comenzado a hacer breves comentarios sobre el Sermón de la Montaña, concretamente sobre las Bienaventuranzas... Hoy os propongo considerar las últimas propuestas de Felicidad realizadas por Jesús: "Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos de Dios". Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros".
La invitación a ser misericordiosos es una llamada a ser como Dios, que es bueno con todos, justos e injustos, agradecidos y desagradecidos... La misericordia es la actitud de quien tiene el corazón sensible ante la fragilidad y limitaciones de los demás; un corazón comprensivo y, por eso, condescendiente..., no porque todo le dé igual, sino porque comprende y espera, convencido que sólo la misericordia permite al otro ser mejor... La misericordia es lo contrario al juicio y la exigencia... Pero no es sólo eso, sino que se nos ofrece un regalo: quien sea misericordioso experimentará, a su vez, la mirada misericordiosa de Dios sobre su propia vida...

Felices los que tienen el corazón limpio, sin prejuicios... Un corazón agradecido, sencillo... Porque quien no tiene prejuicios y tiene los ojos abiertos, descubrirá las huellas de Dios en la vida: en las personas, en los acontecimientos, en todo lo que lo rodea, en su propio corazón... Y quien ve a Dios presente en todo y en todos, ¡es feliz!
Y, sí, felices los que trabajan por la paz... La paz ("shalom") es el conjunto de todos los bienes que permiten que una persona viva con la dignidad que le corresponde, todo aquello que le proporciona bienestar... Por eso el "shalom" es la bendición de Dios... Por eso, trabajar por la paz significa trabajar por el bienestar de los hermanos, por hacer un mundo más justo, más fraterno, según el corazón de Dios, pues con ello demuestran que son sus hijos pues actúan del mismo modo que actúa su Padre...
Y aunque parezca increíble, dichosos cuando experimentemos persecuciones por vivir de acuerdo al Evangelio (¡no cualquier persecución, claro!)... Sí, dichosos porque, aunque nos sintamos solos y abandonados a nuestra suerte, no es verdad, el Padre está de nuestra parte, Él velará por nuestra causa... igual que hizo con Jesús... Y seremos felices porque sabemos que el Padre está contento con nosotros pues buscamos agradarle a Él, sólo a Él...
Realmente las bienaventuranzas nos ofrecen pistas concretas para vivir la vida como Jesús... Son tan esenciales, que necesitamos dedicarles algunos días para interiorizarlas y asimilarlas...
Por eso, permitidme que no escriba este blog durante unos días, con el único deseo de que tengáis tiempo de orar lo que Jesús nos propone como camino de felicidad...
Toma cada una de las bienaventuranzas... Pregúntate cómo la entiendes, cómo la vives... y pídele al Padre descubrirlas como el camio de la felicidad...

martes, 10 de junio de 2008

Jesús Maestro de la Felicidad (2). Mt 5, 5-6

Hoy Jesús nos propone nuevas maneras de ser "felices"... Nos dice: "Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados."
Y, sí, los sufridos, los que tienen aguante, los que saben esperar, los que tienen paciencia, al final heredarán la tierra... Ya no hablamos sólo de la "otra vida", sino que ya en ésta gustarán de los frutos de esa "tierra prometida" que el Padre nos ofrece... Hay quien dice que muchos no han llegado a la meta por no haber sido capaces de perseverar lo suficiente... y no pocos se han quedado a pocos metros por haber "tirado la toalla"...
Y, sí, dichosos los que lloran... Lloran ante el sufrimiento ajeno, ante la injusticia... Los que tienen heridas profundas a veces difíciles de cerrar... Los que tienen el corazón "chorreando sangre", aunque al externo parezca que ni sufren ni padecen... Felices porque el Padre está con ellos, el Padre se hace cargo de su sufrimiento, el Padre los consuela... Cuando depositamos nuestro llanto en los hombros del Padre, recibimos de Él el consuelo que nada ni nadie nos puede ofrecer...
Y, sí, felices los que tienen hambre y sed de justicia... Aquellos que intentan vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, pues ésa es la justicia... vivir de acuerdo a los valores del Reino que redundan en la construcción de un mundo más justo y más humano... Felices porque quedarán saciados, sentirán su corazón lleno, rebosante...
¿Te apuntas a este camino de la felicidad?

lunes, 9 de junio de 2008

Jesús Maestro de la Felicidad (1). Mt 5, 1-3

A partir de hoy, el evangelio del día nos irá presentando el contenido del Sermón del Monte en pequeñas "píldoras" de sabiduría (Mt 5-7)...
Mateo cuida mucho la escenificación, lo cual favorece el que, pese a tratarse de un discurso, pueda ser contemplado... Por eso os propongo que empecéis por visualizar a Jesús...
El texto empieza así: "Jesús, viendo a la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba..."Aquí aparecen rasgos característicos de Jesús... Jesús está entre la gente, va donde la gente se encuentra, pero no está entre la gente como si fueran seres anónimos... Jesús los ve, ve a cada uno de ellos, igual que el Padre nos ve a cada uno de nosotros, e intuye en su mirada una búsqueda, como dirá en otro momento, ve a la muchedumbre como ovejas que no tienen pastor, que no tienen a nadie que les abra a la esperanza, que acoja su sufrimiento, que les señale el camino... Ante esto, Jesús sube al monte... No para alejarse de la gente, sino que con ese gesto aparece claramente como el nuevo Moisés que, desde el Monte, dará a su pueblo la "nueva Ley"... Por eso muchos autores presentan este discurso como el Discurso Programático, aquel que recoge el mensaje central del evangelio...
Y Jesús se sienta... Es el gesto del Maestro dispuesto a hablar paciente y reposadamente con quienes deseen escucharlo... Y sus discípulos se le acercan... En este momento es el cuadro perfecto: Jesús sentado en postura afable y cercana, y los discípulos a su lado, dispuestos a escucharle... Y esta escena se repite diariamente... Por eso sería bueno que por un instante te la imaginaras así... Jesús, sentado a tu lado, dispuesto a revelarte el secreto de la Felicidad...
¿Y qué es lo primero que sale de sus labios? Si Jesús es el nuevo Moisés, se esperaría una nueva lista de prohibiciones y obligaciones, similares al Decálogo. Sin embargo, lo primero que dice Jesús es: Os voy a señalar el camino de la felicidad, porque el Padre os quiere felices y está dispuesto a daros toda la felicidad del mundo, pero una felicidad auténtica... El Padre no quiere poner sobre vosotros cargas pesadas, quiere que experimentéis la felicidad de ser sus hijos... ¡Esto es lo que está detrás de las bienaventuranzas...! Y no son sólo palabras... Muchos autores coinciden en que las bienaventuranzas nos presentan el retrato de Jesús... ¡Jesús vivió así... por eso merece la pena vivir así..!
Jesús abre su discurso diciendo: "Felices los pobres pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos"...
Sobre esta primera bienaventuranza hay muchas traducciones... No es fácil expresar el pensamiento de Jesús... ¿Qué entender por pobres? ¿Por qué añadir a "pobres" el término "de espíritu"? En primer lugar, hay que tener presente que Jesús no está haciendo una exposición sociológica (pobres como aquellos que carecen de bienes), pero tampoco está "espiritualizando" el término... Jesús da a esta palabra el contenido bíblico presente en el Antiguo Testamento que se identifica con el término "anawin"...
Desde esta visión, pobres son aquellos que no ponen su seguridad en sí mismos, en las cosas o en las personas... Pobres son aquellos que tienen el corazón desprendido y agradecido pues saben que todo lo que tienen lo han recibido... Pobres son aquellos que no tienen en quien apoyarse, que viven al día... Pero, sobre todo, pobres son aquellos que, conscientes de esa situación existencial de fragilidad han puesto su confianza en Dios...
La pobreza en sí misma no es un valor... La pobreza es un bien cuando nos ayuda a dar a las cosas el lugar que les corresponde, de modo que sea Dios el que ocupe realmente el centro de nuestra vida... La pobreza es un valor cuando refleja la actitud espiritual de quien ha puesto toda su confianza en el Padre...
Podríamos preguntarnos, ¿cómo vivo yo la actitud espiritual de la pobreza? ¿Sé vivir las cosas, las personas, todo como medios? ¿Doy a Dios el lugar que le corresponde en mi vida? Seguro que cuando así lo hemos hecho nos hemos sentido plenamente felices...

sábado, 7 de junio de 2008

La mujer que lo dio todo... (Mc 12, 38-44)

El evangelio de hoy nos presenta dos maneras de vivir la relación con Dios y la ayuda a los demás (Mc 12,38-44). Por una lado, hay quienes viven la religión y la entrega a los demás de manera ostentosa pues, en realidad, lo que buscan es ser vistos, ser halagados, ser admirados... Por eso les encantada rezar en público, hacer grandes obras de caridad pero cuidando de ser vistos... Buscan salir en los periódicos, tener algún tipo de reconocimiento social por todo el bien que realizan... y se sienten muy desairados e incluso ofendidos cuando nadie les agradece todo el bien que hacen... incluso llegan a sentir que Dios está en deuda con ellos...
Por otro, en cambio, hay quienes han entendido la vida de una manera muy distinta... Y Jesús lo ilustra fijándose en una pobre viuda que entra en el templo y deposita una pequeña limosna oculta a la vista de todos, probablemente avergonzada por no poder dar más que unas pocas monedas...
Pero Jesús no se deja llevar por las apariencias... Lo que Jesús observa es que esa pobre mujer dio todo lo que tenía para vivir... Y he ahí la paradoja, aquellos que daban "mucho", en realidad estaban dando algunas pequeñas migajas, el sobrante de sus bienes, de su tiempo... En cambio hay quienes sencillamente lo dan todo, ¡he ahí la diferencia...!
¿A qué grupo pertenecemos nosotros? ¿Somos de aquellos que hacemos cosas pero con el deseo manifiesto o escondido de ser reconocidos, o somos como aquella pobre viuda, capaces de entregar lo mucho o poco que tenemos con el único deseo de ponerlo al servicio de los demás aunque nadie lo note ni nos lo agradezca?
Hagamos hoy alguna pequeña obra, tengamos algún pequeño gesto cuidando de permanecer ocultos... El Padre, que está en lo escondido, seguro que sonreirá complacido...

viernes, 6 de junio de 2008

Amor sin límites


El evangelio de ayer dejaba claro que nuestra relación con Dios se fundamenta en el amor... Nos decía que el mandamiento principal es amar a Dios con todo nuestro ser... Pero junto a este mandamiento ponía el amor al prójimo... El amor a Dios y el amor a los demás son la esencia del cristianismo... Por eso hoy os sugiero orar con la letra de esta canción, inspirada en el texto de 1Cor 13 que explica como nadie en qué consiste el amor.

jueves, 5 de junio de 2008

¿Qué es lo más importante? (Mc 12, 28-34)

Un día, un letrado -es decir, un estudioso de la Escritura- le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más importante... (Mc 12,28b-34)
Ésta, en realidad, no es una pregunta baladí... Las religiones suelen estar llenas de mandamientos, preceptos, normas, hasta el punto de que se corría el riesgo de confundir lo fundamental con lo accidental...

Para Jesús no hay duda, el mandamiento principal, el que da sentido a todos los demás es: "Escucha Israel: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser".
Lo primero que hace Jesús es una llamada a la escucha... Lo primero que se nos pide es escuchar pues la iniciativa es siempre de Dios que nos habla a través de su Palabra, de hecho Jesús lo que hace es recoger una cita de la Escritura...

Con esto, Jesús viene a poner las cosas en su sitio... El primer mandamiento, el fundamento de nuestra relación con Dios es el amor... Dios, antes que ser obedecido, quiere ser amado... Y, fruto de ese amor, viene todo lo demás, que tiene sentido a medida que sea expresión de dicho amor... Por ejemplo, ir a misa los domingos sólo porque lo manda la Iglesia no tendría mucho sentido... Ir a la eucaristía dominical tiene sentido cuando es expresión de nuestro deseo de encontrarnos con el Señor, de alimentarnos de su Palabra, de su Cuerpo y de su Sangre, cuando deseamos aceptar su invitación de participar en su comida... Y es por eso que la Iglesia lo ha convertido en una norma.
Hacer las cosas por obligación al final va secando el corazón... En cambio, hacer las cosas por amor, porque con lo que hacemos intentamos corresponder a todo el amor que Dios derrama en nuestros corazones, eso sí que agrada a Dios y nos llena el corazón de amor y de vida...
Pregúntate: ¿cómo expresas a Dios tu amor?... Y ten algún detalle con Él en el día de hoy...

miércoles, 4 de junio de 2008

Nuestro Dios es el Dios de la Vida (Mc 12, 18-27)

El texto de Mc 12,18-27 nos narra otra polémica entre Jesús y los saduceos. En esta ocasión se trata de la resurrección de los muertos.
En tiempos de Jesús había dos corrientes. Una de ellas, representada por los fariseos, descubría en la Escritura testimonios que abrían a la esperanza de la resurrección; para la otra, en cambio, representada por los saduceos, no cabía esperar una vida futura… En este episodio los saduceos, al igual que ayer, tampoco buscan la verdad, sino que desean que Jesús apoye su posición, dejando en evidencia que es absurdo creer en una vida más allá de la muerte… Hay quienes dicen que a los saduceos les resultaba difícil creer en otra vida dado que formaban parte de la aristocracia y, por tanto, para ellos lo único real es el tiempo del que podemos disfrutar aquí y ahora…
¿Qué posición toma Jesús?
En primer lugar, Marcos recoge una de las perlas salidas de la boca del Maestro: “Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios”… Y sí, este reproche también podría dirigirse a nosotros… Cuántas veces no entendemos el verdadero sentido de la Palabra de Dios y le hacemos decir lo que realmente no dice… Hay quienes la usan de manera fundamentalista para justificar sus posturas y hay quienes sencillamente la ridiculizan para quitarle autoridad… Y, claro, si no entendemos su sentido difícilmente podemos extraer de ella el verdadero mensaje que es la brújula que nos puede ayudar a vivir…
Jesús en esta ocasión toma partido. Para Él, Dios es un Dios de vivos, no de muertos… La esperanza en la resurrección, la certeza de que nuestra vida no termina aquí sino que llegará a su plenitud cuando volvamos a la casa del Padre, es la que nos alienta a vivir de manera comprometida el evangelio, la que ha animado a muchas personas a jugarse la vida…
El Dios de Jesús en quien creemos es el Dios de la vida… Por eso, todo lo que genere vida tiene en Él su origen… Y siempre que hay vida, podemos tener la certeza de que el Espíritu que es vida está presente…
Disfrutemos hoy de toda la vida que nos rodea, dentro y fuera de nosotros, y démosle gracias a Dios por querer compartir su vida con nosotros.

martes, 3 de junio de 2008

Ser como Jesús (Mc 12,13-17)

El evangelio de hoy (Mc 12,13-17) nos narra una trampa que los fariseos y herodianos tienden a Jesús. Impresiona ver cómo, sobre todo los fariseos, hombres profundamente religiosos y adoradores de Dios, lo que pretenden no es buscar la verdad sino cazar a Jesús, ponerlo en aprietos con una pregunta comprometida. Pero en esta ocasión no nos vamos a centrar en dicha pregunta sino en los términos en los que se dirigen a él: “Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente”. Es una de las descripciones más bonitas de Jesús, realmente es su retrato… y dicho por sus enemigos tiene aún más valor…
Es en ese retrato en el que nos deberíamos mirar… Ojalá pudieran decir también de nosotros: “Realmente eres una persona sincera y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente…”
Por un momento veámonos en Jesús como si fuera un espejo… ¿Se podría decir esto de nosotros mismos? Si es así, démosle gracias… Si aún nos falta algo, pidámosle al Padre que nos llene de su Espíritu para irnos pareciendo cada vez más al único que deseamos asemejarnos: su Hijo y hermano nuestro, Jesús.

lunes, 2 de junio de 2008

¡Y no se derrumbó…! (Mt 7,21-27)

En el evangelio de la eucaristía de ayer escuchamos una de las parábolas de Jesús… Las imágenes y ejemplos que Jesús usa en sus parábolas resultan siempre muy cercanos y sugerentes… y, sobre todo, muy claros…
Jesús habla de dos hombres que construyeron su casa, uno la construyó sobre arena y, el otro, sobre roca firme (Mt 7,21-27)… Las consecuencias de dicho modo de proceder son evidentes, la casa que fue construida sobre arena no resistió los embates de la lluvia, el viento, la tormenta sino que se vino abajo, ¡no resistió…! En cambio, la casa que fue construida sobre una base firme, fue capaz de soportar el viento, la lluvia y la tormenta, y no se derrumbó…
Este ejemplo a simple vista podría parecer tonto… Podríamos decir, ¿a quién se le puede ocurrir construir sobre arena? Pero resulta que, lo que resulta tan evidente, a la hora de la verdad, no lo aplicamos a nuestra propia vida… Me explico…
Nos parece insensato, por no decir otra cosa, que alguien construya en un terreno arenoso, sin embargo, muy pocos nos preocupamos de que nuestra casa, es decir, nuestra vida, esté construida sobre bases firmes… ¿Por qué digo esto? ¡Basta ver los resultados…! ¿Cuántas veces ante las dificultades, los contratiempos, las contradicciones, nos venimos abajo? ¿Cuántas veces nos derrumbamos ante los acontecimientos y llegamos a perder incluso el sentido de la vida renegando contra todo y contra todos, incluido Dios? Si las tormentas de la vida nos hunden, Jesús nos viene a decir que nuestra casa ha sido levantada sobre bases inconsistentes…
En cambio todos hemos conocido personas capaces de afrontar situaciones realmente difíciles: la muerte de un ser querido, incomprensiones, calumnias, fracasos y, esto, no los ha hundido sino que han permanecido firmes… ¿Cuál ha sido su secreto? ¿Acaso son “superhombres” o “supermujeres”? No. Sencillamente son personas que han puesto su confianza en el Señor… No son mejores que nadie ni más fuertes que los demás, sino que saben que su vida está en manos del Padre que es quien los sostiene en todas las circunstancias de la vida, ¡he ahí su secreto y su fortaleza…!
No se trata de ser personas a quienes no les afecta nada, eso es irreal e inhumano… En Getsemaní, Jesús se sintió profundamente triste, solo, abatido, pero sabía que contaba con el Padre y se sintió confortado por un “ángel” que le permitió afrontar lo que se le venía encima con paz, pues se sabía sostenido y amado por su Padre…
Pregúntate, ¿sobre que está cimentada tu vida? ¿Sobre el éxito, sobre el qué dirán, sobre el mantener el perfecto control de las situaciones, o sobre el deseo de hacer siempre la voluntad del Padre, amando y sirviendo a todos, con el único deseo de agradarlo a Él?
¡Pon tu confianza firme en el Padre y te sentirás profundamente aliviado y sostenido…!