jueves, 29 de enero de 2009

Misal mensual

Si quieres descargar el Misal con las lecturas de la eucaristía de cada día, puedes ir al siguiente enlace: http://www.idye.org/

lunes, 26 de enero de 2009

Jesús exorciza a dos endemoniados (Mt 8,28-34)

Después de haber vencido a la tormenta, Jesús y sus discípulos llegan a la otra orilla… Cruzar el lago no ha sido fácil… Siempre hay dificultades cuando se quiere ir más allá…  Pero, Jesús ha demostrado su poder sobre la tormenta, es decir, sobre las fuerzas del mal.

Nada más llegar, vienen a su encuentro dos endemoniados… Es curioso, pero aunque Jesús va acompañado de sus discípulos, es Él quien asume el total protagonismo, como si ellos estuvieran simplemente como espectadores…

Los “endemoniados” son personas poseídas por el demonio, por el mal; personas que han perdido el control de su vida y que están a merced de sus peores instintos… En realidad, no son personas porque no son libres… Por eso están presos de su rabia y viven en los sepulcros… como muertos en vida… Están de tal modo “deshumanizados”, que la gente les tiene miedo… ¡Cuántas veces también nosotros inspiramos miedo…! ¡Cuántas veces parecemos muertos en vida…! Y vivimos en la soledad y el ostracismo… Pero Jesús no huye… y mira a aquellos hombres con compasión… Y con autoridad manda a los demonios “salir” de ellos…

Llama la atención que los demonios van a terminar en unos cerdos… La razón es muy sencilla… Los “demonios”, el “mal”, no está en “el aire”, se encarna en personas, actúa a través de ellas… Igual que Dios nos necesita como instrumentos suyos para poder actuar, lo mismo sucede con el mal, necesita “posarse” en alguien para ser operante… Y en los cerdos se ve el destino de quien está a merced de las fuerzas del mal: el precipicio, la muerte…

Pidámosle al Señor ser librados de todo aquello que no nos deja ser personas, que nos tiene enajenados por dentro… nuestros odios, nuestros rencores, nuestras envidias, nuestras heridas… Pongámonos en sus manos, pues Él, sólo Él podrá devolvernos nuestra libertad verdadera.

jueves, 22 de enero de 2009

VI Encuentro Mundial de las Familias (México)

Del 14 al 16 de enero se celebró en México el VI Encuentro Mundial de las Familias. Si os interesa, podéis consultar la página Web oficial en http://www.emf2009.com/
También tiene particular interés el discurso del Papa Benedicto XVI en conexión televisiva al final de la misa de clausura, el domingo 18 de enero:

lunes, 19 de enero de 2009

Lo que hace falta para seguir a Jesús (Mt 8,18-22)

A partir del 3 de noviembre del año pasado, empezamos a ver la sección de Mateo que podría denominarse "sección de los milagros". Allí llamamos a Jesús "El Sanador", presentando de este modo una parte importante de su misión: dar la salud integral a todas las personas que se acercan a Él.
Ahora, después de haber hecho un paréntesis para centrarnos en el Tiempo de Adviento y el de Navidad, seguiremos profundizando en este aspecto. Empezamos, por tanto, el "segundo ciclo" de "milagros" (ver introducción), compuesto también por tres milagros: la tempestad calmada (8, 23-27),  los endemoniados gerasenos (8, 28-34), curación de un paralítico (9,1-8), enmarcados en dos relatos de vocación: Personas que quieren seguir a Jesús (8,18-22) y la llamada de Mateo (9,9-13). Aquí se va a poner de relieve, sobre todo, el poder de Jesús para enfrentarse a situaciones que nosotros experimentamos como incontrolables...
La sección empieza con lo que se suele titular como "Exigencias de la vocación apostólica". Allí se nos presenta a dos personas que expresan su deseo de seguir a Jesús. El primero es un escriba. Éste le dice: "Te seguiré adonde quiera que vayas", a lo que Jesús responde: "Las zorras tienen guarida, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza". El otro, en cambio, se trata de un discípulo, es decir de uno que ya es seguidor de Jesús pero que desea seguirlo más de cerca, aunque le dice: "Déjame ir primero a enterrar a mi padre", ante lo que Jesús le replica: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".
En el primer caso, Jesús nos viene a decir que no bastan los buenos deseos para ser cristianos (a fin de cuentas, ser cristianos es seguir a Jesús, su camino, su propuesta, su estilo de vida). Seguir a Jesús, en principio, no nos da ninguna seguridad... Nosotros buscamos seguridad en las cosas que tenemos, en los logros que conseguimos: un trabajo, una casa, dinero en el banco... Jesús, en cambio, nos dice que seguirlo a Él implica renunciar a las seguridades... Nosotros buscamos "guaridas", lugares donde estar "seguros"; en cambio él no tiene ni siquiera donde reclinar la cabeza... Seguirlo a Él es depositar en él toda nuestra seguridad y confianza...
En el segundo caso, se trata de un discípulos que quiere dar un paso más aunque, al mismo tiempo, pone condiciones... Como cuando nosotros le ofrecemos al Señor muchas cosas pero, a la hora de la verdad... vamos posponiendo lo que ofrecemos... Y Jesús le advierte que quien pone excusas, por apararentemente justificadas que sean, no puede seguirlo pues, en el fondo, está atado...
¿Cómo es mi seguimiento a Jesús? ¿Me abandono en Él como mi única seguridad? ¿Qué condiciones le pongo para seguir su camino?
Ojalá puedas dedicar unos minutos estos días para sencillamente decirle: "Señor, quiero seguirte sin condiciones... haz de mí lo quieras..."

domingo, 18 de enero de 2009

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Del 18 al 25 de enero, los cristianos nos dedicamos de manera más intensa a pedir por la unidad de todos aquellos que creemos en Jesús y que, lamentablemente, estamos separados.

jueves, 15 de enero de 2009

Da (Colaboración)

Da a los demás lo que esperas recibir,

da sin medida,

da sin ver lo que el otro hace,

da, da, da.

 

Toma la iniciativa,

no esperes respuesta;

incluso aunque el otro no reaccione, da,

sigue dando,

como hace el Padre.

 

No te fijes en el otro,

en lo que hace o deja de hacer,

sencillamente da...

 

De Jesús salía una fuerza…

Jesús cuando salió a la Vida Pública era sólo don para los demás,

pan que se parte, se reparte, se da como comida.

Da igual que lo acojan o no,

que lo critiquen o no,

que lo juzguen o no.

Él ha entendido que el Padre hace salir el sol sobre buenos y malos

y ya está…

 

Eso es ser hijo de Dios:

actuar como el Padre…

 

Tú sonríe aunque el otro no sonría;

tú ayuda, aunque el otro no lo aprecie.

Da sencillamente porque te brota de dentro,

independientemente de la reacción del otro positiva o negativa,

sin buscar nada,

sin pretender nada,

sin exigir nada,

por el mero gusto de ser como el Padre.

¡Créeme!


A partir de la próxima semana seguiremos con la lectura continuada del evangelio de Mateo en el punto donde nos quedamos antes de empezar el Adviento.

domingo, 11 de enero de 2009

Fiesta del Bautismo del Señor

Hoy concluimos el Tiempo de Navidad y empezamos el Tiempo Ordinario, del cual os hablé el día anterior. 

Esta Fiesta representa la gran presentación pública de Jesús por parte del Padre. Lo expresa muy bien las dos oraciones colectas propuestas para la misa, y que me atrevo a combinar: "Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de Cristo, en el Jordán, quisiste revelar solemnemente que Él era tu Hijo amado enviándole tu Espíritu Santo, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo [...], [...] poder transformarnos interiormente a imagen de aquel que hemos conocido semejante a nosotros en su humanidad." El Padre nos dice: "¡Éste es mi Hijo, a quien amo con toda mi alma...!" Y nos lo entrega para que lo escuchemos y sigamos...

Con el Bautismo empieza la Vida Pública de Jesús... A partir de este momento se dedicará total y absolutamente a anunciar la Buena Noticia: "Dios es Padre y nos ama... Por eso, amémonos como nosotros somos amados por Dios, con amor, ternura y misericordia..." Es algo que le quema de tal manera por dentro, que no puede hacer más que anunciarlo a los cuatro vientos con gestos y palabras... Todo el Evangelio es sencillamente esto... Dediquémonos este Tiempo Ordinario a conocer a Jesús, su persona, su mensaje, sus valores, su manera de ver la vida, de vivir... hasta llegar a hacerlo nuestro y vivir como cristianos, como seguidores de Jesús...


martes, 6 de enero de 2009

La historia de la estrella de los Magos

Según los estudios astronómicos, en el mes de diciembre del año 7 a.C. tuvo lugar una conjunción entre los planetas Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, en la cual los dos planetas parecían fundirse en un único objeto como se verifica en algunas ocasiones en las conjunciones entre planetas cuando se encuentran muy cerca entre sí. Tal fenómeno astronómico que sucedió ese año, ha determinado muy probablemente lo que ha sido interpretado como la estrella de los Magos.

En cuanto a la tradición que representa un cometa en el Belén, hay que considerar que en el evangelio de Mateo, el único evangelista que al contar el nacimiento de Jesús hace referencia a un cierto fenómeno celeste que habría guiado a los Magos hacia Belén, no se habla de un cometa sino de una estrella: “… hemos visto surgir su estrella y hemos venido a adorarlo.” (Mt 2,2)

Considerando que la del 7 a.C. fue una conjunción triple: en mayo, en octubre y la última en diciembre, los Magos, sacerdotes que estudiaban la bóveda celeste y que, al mismo tiempo, eran astrólogos y astrónomos provenientes de Persia, al observar la primera conjunción en mayo, probablemente pudieron calcular las conjunciones sucesivas para llegar a Belén a tiempo para la de diciembre.

Los estudios del astrónomo Kepler, que en 1603 observó una conjunción muy brillante de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, lo llevaron a calcular que dicho fenómeno se debió verificar también en el 7 a.C.

Así mismo, en 1902 el testimonio de la “Tabla Planetaria”, que consiste en un papiro egipcio sobre la ubicación de los planetas, confirma, mediante la observación directa de los estudiosos egipcios, que en el 7 a.C. se verificó una conjunción de Júpiter y Saturno muy brillante y visible en todo la zona del Mediterráneo.

Muchos de los estudiosos actuales, consideran que esta conjunción puede ser muy probablemente identificada con la estrella de los Magos.

La fecha del nacimiento de Jesús puede situarse muy verosímilmente en el año 7 a.C. por cuanto el monje Dionisio el Menor, que en el 516-526 d.C. introdujo nuestro actual calendario, cometió algunos errores: no insertó el año 0 entre los años 1 a.C. y 1 d.C., ignoró los cuatro años en los que Augusto reinó con el nombre de Octavio y omitió los dos años en los cuales el emperador Tiberio reinó en Siria como “collega Imperi”.

Ésta parece, por tanto, la hipótesis más verosímil entre las distintas hipótesis conocidas, si bien no tiene la pretensión de ser absolutamente cierta.

(De un escrito de la Basílica de San Marcos Evangelista en el Campidoglio – Roma)

jueves, 1 de enero de 2009

Fiesta de Santa María, Madre de Dios (1 de enero)

Hoy, 1 de enero, suele ser un día que pasa desapercibido; diríamos que es más bien un día de "resaca" después de la fiesta de Fin de Año... Sin embargo, es un día importante en el que se conmemoran 3 acontecimientos relevantes: 1) Civilmente, damos inicio a un nuevo año, con toda la carga simbólica que esto tiene... 2) Litúrgicamente terminamos la Octava de la Navidad… Como dice el evangelio, al octavo día, se circuncidó al Niño y se le puso como nombre Jesús, que significa “Dios salva”, y la Iglesia celebra la fiesta de María, Madre de Dios. 3) Así mismo, este día se dedica a la Jornada Mundial de la Paz.

La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Virgen María. La Fiesta de María, Madre de Dios es la fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente. De hecho en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: “María, Madre de Dios”.

Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita». En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotokos, “Madre de Dios”. De hecho, los santos muy antiguos dicen que tanto en Oriente como en Occidente, el nombre más antiguo con el que los cristianos llamaban a la Virgen era precisamente éste: "María, Madre de Dios".

En el siglo IV, el termino Theotokos ya se usa con frecuencia tanto en Oriente como en Occidente. La piedad y la teología se refieren cada vez más a menudo a María con esta título: “Madre de Dios”, término que ya había entrado a formar parte del patrimonio de fe de la Iglesia. En el siglo V, en cambio, surge una polémica. Nestorio sostenía que dado que Jesús era Dios y hombre, María podía considerarse madre de Jesús en cuanto hombre, pero no en cuanto Dios, y pidió la convocatoria de un Concilio para que esto quedara claro. Dicha afirmación fue entendido por el pueblo cristiano como la negaación del título de María, Madre de Dios, cuando lo que estaba en discusión era una cuestión cristológica, si en Jesús había una sola persona, en la que se fundían su ser de Dios-himbre, o habían dos personas... En el 431 se reunieron en Concilio los 200 obispos del mundo en Éfeso (la ciudad donde la Virgen pasó sus últimos años), donde declararon que en Jesús había una única persona, por lo que bien podía afirmarse que: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Al proclamar a María “Madre de Dios”, la Iglesia desea afirmar que ella es la “Madre del Verbo encarnado, que es Dios”. Su maternidad, por tanto, no atañe a toda la Trinidad (¡un ser humano no puede engendrar a Dios!), sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana.

El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos que le damos. En el fondo, viene a afirmar, una vez más, la realidad de la verdadera Encarnación del Hijo de Dios, misterio central de la fe cristiana. La piedad popular ha añadido a este título el de “Madre nuestra”. Sí, María es Madre de Dios y Madre nuestra... Por eso, encomendamos este nuevo año que empieza a su protección y cuidado... Y en esta Jornada por la Paz le pedimos, sobre todo, que nos enseñe los caminos para construir un mundo donde reine la paz, una paz fruto de la justicia...

Os recomiendo leer el Mensaje de S.S. Benedicto XVI para la celebración de la 43ª Jornada Mundial de la Paz, y que lleva por título: "Combatir la pobreza, construir la paz". Lo podéis encontrar en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20081208_xlii-world-day-peace_sp.html

¡Feliz Año Nuevo!