En la actualidad hay una profunda búsqueda de espiritualidad, de "algo más" que nos llene por dentro y que dé respuesta a las preguntas e inquietudes que anidan en nuestro interior...
Somos seres espirituales, en nosotros habita Dios, Él forma parte de nuestro ser, tenemos en nuestro interior una semilla divina que es necesario descubrir, cuidar y hacer crecer.
En tiempos de Jesús también existía una fuerte búsqueda espiritual. Se esperaba la intervención de Dios en la historia para resolver los problemas políticos y sociales, para impartir justicia, para que el mundo fuera un lugar habitable donde todos pudiesen vivir con dignidad...
Por eso, la pregunta acuciante y que hoy le hacen a Jesús es cuándo iba a llegar el reino de Dios; es decir, cuándo Dios se va a hacer presente. Y Jesús responde: "El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros."
Parece una respuesta enigmática, pero no lo es. Lo que Jesús nos dice es que Dios no aparece en medio de fuegos artificiales, ni se anuncia con bombos y platillos; Dios no es alguien que tiene que venir, como si estuviera ausente. No. Dios está dentro de nosotros... Por eso, para encontrarlo, no tenemos que ir a ninguna parte; basta que entremos en nuestro interior...
Dios está ya dentro de ti, dentro de mí, dentro de todos los seres...
Dedica de vez en cuando, ojalá todos los días, unos minutos a hacer silencio, a sentir esa presencia amorosa que te habita, a escuchar esa voz dentro de ti que te invita a vivir desde lo profundo, a amar, a ayudar a los demás, a contribuir a hacer de este mundo un lugar más habitable...
Vive desde lo profundo y se transformará tu mirada. Descubrirás que eres una persona bendecida, y te convertirás en una bendición para los demás, pues sencillamente dejarás que Dios actúe a través de ti...
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