A quienes se han acercado a escucharlo, después de desvelarles que tienen motivos para ser felices pues Dios está con ellos, los sostiene, los escucha y consuela, ahora les va a revelar algo que toca a nuestra esencia: somos luz y somos sal... No dice: si hacéis tal cosa seréis luz, si... seréis sal... En nuestra esencia somos luz y, por eso, nuestra vocación, nuestra misión en este mundo es iluminar... La luz no tiene que proponerse iluminar, no le supone ningún esfuerzo, lo único que se le pide hacer es colocarse en un lugar que le permita dar claridad a su alrededor, no esconderse... Somos luz porque Dios es la luz... Somos luz porque Dios habita dentro de nosotros... Descubrir esto es maravilloso... Descubrir esa luz que llevamos dentro, permitir que nos ilumine, que salga; convertirnos en luz para los demás, ser lo que realmente somos...
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