El evangelio de hoy trae ante mí tantas discusiones teológicas y polémicas por el modo como interpretar o entender diversos temas religiosos que afectan a nuestra vida de cada día... De hecho, muchas veces, según a quien leamos o escuchemos, las conclusiones son distintas... Y, en no pocas ocasiones, nos pasa como a los saduceos de este texto, que parece se acercan a Jesús para reforzar su propia creencia contraria a la resurrección... Qué difícil es buscar con honestidad la verdad cuando lo que realmente buscamos, aunque de manera inconsciente, es que nos den la razón... Por eso me parece tan sabía la respuesta de Jesús. No entra a polemizar. Sencillamente dice: "Estáis equivocados, porque no entendéis las Escrituras..."
Este reproche está varias veces en boca de Jesús: no entendéis... Y, detrás de ese reproche, hay una llamada, la llamada a profundizar en su Palabra para así entender su verdadero sentido, para no quedarnos en la letra si no en el espíritu... Y una clave de lectura fundamental es que "Dios es un Dios de vivos...". Dios ama y protege la vida... Por eso, nunca debería invocarse el nombre de Dios para justificar la muerte o lo que al ser humano le coarta la vida... Señor, danos un corazón sincero, que busque la verdad. Señor, qué seamos defensores y protectores de la vida..., de todo lo que es vida..., de todo lo que da vida... Venga de dónde venga...
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