Aunque vivimos en un mundo ajetreado en el que casi no nos damos cuenta ni del día en que vivimos, con un tren de vida que no favorece momentos de reflexión y sosiego, en el fondo de toda persona laten preguntas que esperan una respuesta... Fundamentalmente son cuatro: quién soy yo -más allá de lo que hago o de lo que tengo-, de dónde venimos -¿hay algún tipo de "preexistencia?-, para qué estamos aquí -¿cuál es mi misión en la vida?-, y hacia dónde vamos -¿hay algo más después de esta vida? Son preguntas básicas, esenciales, cuya respuesta puede ayudarnos a vivir nuestra vida con más sentido.
Hoy, 15 de agosto, en muchos lugares se celebra con especial solemnidad y festejos populares, la fiesta de la Asunción.
Esta fiesta tiene un origen religioso pero, sin darnos cuenta, poco a poco se ha ido vaciando de sentido. Si alguien os preguntará qué es lo que estáis celebrando, ¿qué diríais?
Algunos puede que repitieran lo que escucharon en alguna ocasión, que María, al morir, fue llevada en cuerpo y alma a los cielos... Pero, esto, ¿qué quiere decir? En realidad, la Asunción nos ayuda a dar respuesta a la pregunta: ¿hay algo después de esta vida?
Decir que María es llevada en cuerpo y alma a los cielos, lo que quiere decir es que, después de la muerte, conservaremos nuestra identidad, seguiremos siendo nosotros mismos en lo que constituye nuestra esencia, y que nuestro "destino" no es el éter o algo incierto, sino la plenitud de lo que somos, seres que participamos de la esencia divina… Y que iremos "enteros", no solo "una parte".
La Asunción es el encuentro de María con Jesús resucitado. En ella sucede lo que sucederá con todos nosotros, el encuentro pleno y amoroso con Dios...
La Asunción es el encuentro de María con Jesús resucitado. En ella sucede lo que sucederá con todos nosotros, el encuentro pleno y amoroso con Dios...
Esta vida tiene un sentido, una dirección. Y así como "aquí abajo" recogemos lo que hemos sembrado, "allí arriba", en "la otra vida", también recogeremos lo que sembremos en esta. Como dice el refrán: siembra amor y cosecharás amor...
Hay personas que viven como si nunca fueran a morir, incluso muchos le tienen miedo a la muerte, tanto, que hablar de esto suele ser un tabú... Vivamos con la consciencia de quien se sabe de paso, con la misión de dejar este mundo al menos un poquito mejor de lo que nos lo encontramos, y con una meta, volver a la casa de nuestro Padre Dios, gozar de una vida plena...
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