sábado, 15 de abril de 2023

II Domingo de Pascua: Aparición de Jesús resucitado a Tomás (Jn 29, 19-31)

 
1. LEE: Jn 20, 19-31

El mismo día de la resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos; se hace “visible”, “experimentable”. Su presencia disipa sus miedos y los llena de alegría. Tomás, uno de los Once, no estaba y no cree el testimonio de los discípulos. Sin embargo, Jesús “ocho días después”, también se le aparecerá y elogiará a todos los que creemos sin haber visto, sino basándonos en el testimonio de otros creyentes. Jesús nos dona su Espíritu y nos envía a continuar la misma misión que el Padre le encomendó: ser instrumentos de paz (justicia, igualdad, dignidad…) y de reconciliación; es decir, ser constructores de esa “fraternidad universal” a la que nos invita el Papa Francisco.

2. MEDITA
  • ¿Dónde y cómo he experimentado en mi vida a Cristo Resucitado? ¿Lo experimento hoy?
  • ¿Soy portador/a de paz, instrumento de reconciliación?
  • ¿Adónde y a quiénes me envía hoy el Señor?
3. ORA
  • Haz silencio en tu interior… 
  • Dialoga con el Señor... 
  • Pídele… Dale gracias…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra? 
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

Domingo de Resurrección (Ciclo A): "Vio y creyó" ( Jn 20, 1-9)

 

1. LEE: Jn 20,1-9

El Domingo de Resurrección, la Iglesia nos invita a contemplar el episodio del “sepulcro vacío”. Un “hecho” que puede ser (y de hecho es) interpretado de muchas maneras. Para unos (María Magdalena), es señal de que se han robado el cuerpo; a otros (Pedro), no les dice nada; solo el discípulo amado interpreta correctamente lo que está sucediendo. Ve lo mismo que todos, pero «creyó» (el amor nos hace capaces de percibir la presencia del amado). En ese sepulcro vacío, ve el signo, la “prueba” de que Jesús ha resucitado. Nadie fue testigo del momento de la resurrección, pero el Resucitado pone ante nosotros signos, señales, que nos permiten descubrirlo presente entre nosotros.

2. MEDITA
  • ¿Me siento «discípula amada»? ¿Tengo la experiencia de ser amado por el Señor?
  • ¿Sé descubrir en mi vida cotidiana, en los acontecimientos históricos, la presencia del Señor Resucitado? Recuerda alguna experiencia.
3. ORA
  • Haz silencio en tu interior… Dialoga con el Señor... 
  • Pídele… Dale gracias…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra? 
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

Domingo de Ramos (Ciclo A): ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (Mt 21, 1-11)

 
1. LEE: Mt 21, 1-11

El Domingo de Ramos es el pórtico de la Semana Santa. En la liturgia se recuerda la entrada gloriosa de Jesús en Jerusalén y también se lee el relato de la Pasión. Con ello se resalta la dimensión sufriente y, a la vez, gloriosa, que contemplaremos en los días santos que se aproximan. Jesús entra montado en un burro. Es el rey manso y humilde que trae la paz, en contraste al poder que oprime y domina. Preparemos el corazón para acoger a aquel que viene en nombre del Señor a dar su vida como muestra suprema del amor de Dios a cada uno de nosotros y unamos al pueblo que lo aclama y lo acoge jubiloso.

2. MEDITA
  • ¿Comparto yo ese modo de ser sencillo y humilde de Jesús?
  • Los discípulos hacen exactamente lo que Jesús les dice, ¿y yo?
  • ¿Está mi mirada fija en Jesús, en su entrega amorosa, ahora que ya estamos a punto de empezar la Semana Santa?
3. ORA
  • Dialoga con el Señor... 
  • Pídele… Dale gracias… 
  • Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra? 
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

viernes, 14 de abril de 2023

V Domingo de Cuaresma (Ciclo A): Jesús resucita a Lázaro (Jn 11, 1-45)

 

1. LEE: Jn 11, 1-45

El Evangelio de hoy nos invita a meditar en la resurrección de Lázaro, de este modo, se nos presenta a Jesús como la Vida. Por tanto, en este itinerario cuaresmal, Jesús se nos ha manifestado como el Agua viva que calma nuestra sed; la Luz que ilumina nuestras oscuridades y, ahora, como la Vida auténtica, que nos ofrece la vida eterna ya aquí y ahora. El texto es hermoso. Jesús llora por la muerte de un amigo. Marta le recrimina el no haber estado ahí y, sin embargo, expresa una de las mayores confesiones de fe: “Tú eres el Cristo”, antes de que Jesús haga el milagro. El regreso a la vida de Lázaro es el último signo de Jesús y el que, al mismo tiempo, será su sentencia de muerte.

2. MEDITA
  • ¿Necesitas ser sacado de algún sepulcro o liberado de algunas ataduras?
  • ¿Alguna vez, como Marta y María, has reprochado a Dios su ausencia?
  • Como Marta, ¿cómo confie­sas tu fe en Jesús, Vida nuestra?
  • ¿Crees en la resurrección de los muertos? ¿Crees en Jesús, Vida y Resurrección nuestra?
3. ORA
  • Dialoga con el Señor... 
  • Pídele… Dale gracias… 
  • Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra? 
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

IV Domingo de Cuaresma (Ciclo A): Jesús cura a un ciego de nacimiento (Jn 9, 1-42)

 

1. LEE: Jn 9, 1-42 

El Evangelio de hoy nos presenta la curación de un ciego de nacimiento. Y lo que para unos es un castigo, para Jesús será la oportunidad de mostrarnos el poder sanador de Dios. Sí el domingo pasado Jesús se nos manifestaba como el agua que sacia nuestra sed, nuestras búsquedas y deseos más profundos, hoy se nos presenta como la luz. Jesús es la luz que alumbra nuestras oscuridades, es la luz que cura nuestras cegueras. ¿Y qué cegueras? La ceguera que no nos permite verlo a nuestro lado, la ceguera que hace que vayamos por la vida sin ver a nuestros hermanos, la ceguera que nos mantiene en la oscuridad y el sinsentido. Pero para que nos sane, necesitamos reconocer que estamos ciegos y dejar que nos toque con su amor y con su gracia.

2. MEDITA
  • ¿Cuándo ocurre alguna desgracia, qué interpretación le doy?
  • ¿De qué “cegueras” me ha curado el Señor?
  • ¿Mis ojos de la fe son capaces de descubrir al Señor presente en mi vida, presente en las personas, en el mundo?
3. ORA
  • Dialoga con el Señor… 
  • Pídele… Dale gracias… 
  • Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra? 
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?