1. LEE:
Jn 20, 19-31
El mismo día de la resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos; se hace “visible”, “experimentable”. Su presencia disipa sus miedos y los llena de alegría. Tomás, uno de los Once, no estaba y no cree el testimonio de los discípulos. Sin embargo, Jesús “ocho días después”, también se le aparecerá y elogiará a todos los que creemos sin haber visto, sino basándonos en el testimonio de otros creyentes. Jesús nos dona su Espíritu y nos envía a continuar la misma misión que el Padre le encomendó: ser instrumentos de paz (justicia, igualdad, dignidad…) y de reconciliación; es decir, ser constructores de esa “fraternidad universal” a la que nos invita el Papa Francisco.
2. MEDITA
- ¿Dónde y cómo he experimentado en mi vida a Cristo Resucitado? ¿Lo experimento hoy?
- ¿Soy portador/a de paz, instrumento de reconciliación?
- ¿Adónde y a quiénes me envía hoy el Señor?
3. ORA
- Haz silencio en tu interior…
- Dialoga con el Señor...
- Pídele… Dale gracias…
4. COMPROMÉTETE
- ¿A qué te invita su Palabra?
- ¿Qué podrías mejorar o cambiar?