jueves, 30 de octubre de 2008

Y la gente lo escuchaba… (Mt 7,28-29)

Hemos llegado ya al final del Sermón del Monte… Y el evangelista Mateo termina así: “Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas”.

¡Qué comentario más bonito!... Imaginaros a la gente escuchando a Jesús con la boca abierta, sintiendo que su corazón se calienta ante las palabras del Maestro… Por fin hay alguien que les habla al corazón, que les dirige palabras de vida, que no pone sobre sus hombros cargas pesadas, sino la alegría de sentirse amados por un Dios que es Padre e invitados a amar a los demás así como somos amados, sin condiciones…

Te invito a leer una vez más estos discursos, a meditarlos, a interiorizarlos, a hacerlos tuyos… Déjate sorprender por esta “doctrina” tan distinta de la que se predica en los nuevos púlpitos de nuestra cultura: los medios de comunicación social… Siente esa autoridad de Jesús, la autoridad que le viene de su vida, de su experiencia de Dios… Y acoge en tu corazón su enseñanza… y camina en la dirección que sientes que te indica…

lunes, 27 de octubre de 2008

¡Apoyémonos en algo firme! (Mt 7,24-27)

Jesús termina el Sermón del Monte con una parábola; es decir, con un cuento que nos ayuda a ilustrar una enseñanza. Es la parábola de la casa construida sobre roca…

La cuestión de fondo es la siguiente: ¿Sobre qué podemos apoyar nuestra vida de modo que nos dé solidez y consistencia? ¿Cómo vivir de manera segura?

Esta pregunta no es baladí, más aún ahora que parece que todo da igual… Y, la verdad, no todo es igual… No es igual vivir de un modo que de otro; no es igual vivir con la sensación de estar a la intemperie, sin ningún punto de apoyo, que sentir nuestra vida sostenida por alguien que nos cuida y nos protege, alguien en quien puedo descansar confiadamente… No es igual seguir los criterios que me llevan a competir, a ser el mejor a costa de lo que sea, que los criterios que me invitan a compartir, a amar, a entregarme… Y digo que no es igual, no por una cuestión moral, como si se tratara sin más de algo bueno o de algo malo, sino porque en ello nos jugamos nuestra felicidad en esta vida y, sobre todo, en la Vida (con mayúscula)… Aunque, claro, para ello hay que creer que existe esa otra Vida que es sencillamente la vida en plenitud…

Y Jesús nos viene a decir, una vez más: ¿quieres apoyarte en algo firme?, ¿quieres que tu vida tenga consistencia? ¡Vive de acuerdo a lo que yo acabo de decirte en el Sermón del Monte! Y verás, que si lo haces así, podrán venir vientos, tormentas, riadas, atravesarás todo tipo de dificultades, pero ellas no podrán contigo… tu vida estará segura en mis manos…

Sí, amigos… ¡apoyémonos en algo firme!, ¡apoyémonos en las palabras de Jesús!

sábado, 25 de octubre de 2008

Mensaje al Pueblo de Dios del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios

Como os informaba días anteriores, estos días se está celebrando en Roma el Sínodo dedicado a la Palabra de Dios, el mismo que concluirá este domingo 26. Os invito a leer el Mensaje escrito por los Obispos participantes en el Sínodo y dirigido al Pueblo de Dios, publicado en: 
http://www.zenit.org/article-28940?l=spanish

jueves, 23 de octubre de 2008

“Los verdaderos discípulos” (Mt 7,21-23).

Jesús sigue profundizando en todo aquello que puede considerarse “verdadero”, “auténtico”… ¡Hay tantas cosas que se nos presentan como auténticas y son una farsa, pura imitación o apariencia…!

Antes nos ha dicho que sólo hay un camino verdadero que conduce a la Vida (Mt 7,13-14); luego nos dijo cómo reconocer a los verdaderos profetas (Mt 7,15-20); ahora nos dice quiénes son sus verdaderos discípulos…

Una vez más, Jesús insiste en la importancia de los hechos… Todos nosotros solemos repetir una y otra vez que estamos cansados de palabras… Pues, mirad por donde, ¡Dios también! Dios está cansado de nuestras palabras, de nuestras promesas, de nuestras “buenas intenciones”… O, mejor, no le interesan tanto nuestras palabras cuanto nuestra vida… Por eso dice: “No todo el que dice Señor, Señor entrará en el Reino de los cielos…” Pero, al mismo tiempo añade algo importante…  Tampoco se trata de “hacer cosas”, sino de hacer la voluntad del Padre… Y, para que nos quede claro, habla de algunos que incluso profetizan en su nombre (son grandes predicadores) y hasta hacen milagros (obras extraordinarias). Y, mira por dónde, eso parece que a Dios no le impresiona, como nos pasa a nosotros…

La enseñanza, por tanto, es sencilla… Hagamos sencillamente lo que tenemos que hacer, lo que sentimos que Dios espera de nosotros en este momento de nuestra vida… Y si se lo preguntamos, ya lo creo que nos lo dice en lo profundo de nuestro corazón… No busquemos lo extraordinario, lo que impresiona… busquemos, sencillamente, hacer lo que Dios quiere… Y lo que quiere, ya nos lo ha dicho con toda claridad en el Sermón del Monte…

lunes, 20 de octubre de 2008

“Por sus obras los conoceréis” (Mt 7,15-20).

Esta dicho “por sus obras los conoceréis”, usado con relativa frecuencia, tiene su fuente en el evangelio… Lo dijo Jesús para darnos un criterio que nos ayude a distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas…

Una vez más, no olvidemos el contexto… Estamos al final del Sermón del Monte, donde aparecen recopiladas una serie de enseñanzas de Jesús… me atrevería a decir, casi una síntesis de todo su mensaje… Por eso, quien vive según se nos indica en MT 5-7, de seguro va por buen camino, como decía Jesús en el pasaje anterior (Mt 7,13-14).

¿Y cuál es el criterio para reconocer a los verdaderos discípulos de Jesús y, por tanto, a los verdaderos profetas (profeta es todo aquel que habla en nombre de Dios y ayuda a descubrir un sentido a la historia)? Para Jesús está claro: las obras, los hechos, las actuaciones concretas… Es decir, no se trata de palabras grandilocuentes, ni de figuras que nos atraen por su verborrea o por una apariencia deslumbrante… ¡No! El criterio de verificación son las obras… Oír no sólo lo que dicen, sino mirar cómo viven, como actúan… Porque, como dice Jesús, al árbol se lo conoce por sus frutos… Quien tiene el Evangelio en su corazón, actuará conforme a lo que dice el Evangelio… En cambio, quien actúe, juzgue e invite a actuar y a juzgar desde criterios distintos al evangelio, no es un discípulo de Jesús y, por tanto, no merece ser escuchado y, menos aún, seguido… ¿De qué me sirve decir que hay que perdonar si a la hora de la verdad, guardo rencor en mi corazón y le digo a otra persona: no seas tonta, no te dejes pisar, nada de poner la otra mejilla?

Pidámosle al Señor que nos vaya haciendo un corazón semejante al suyo para que, como decía al principio de su discurso (Mt 5,16), cuando los demás vean nuestras “buenas obras”, es decir, cuando actuemos como Jesús, descubran a ese Dios que llevamos dentro y que quiere darse a conocer como Padre.

jueves, 16 de octubre de 2008

"El camino de la felicidad" (Mt 7,13-14)

¿Cuántas veces no nos habremos preguntado cuál es el camino de la felicidad? ¡Cuántos no darían lo que sea por encontrarlo!

Recuerdo la película: "En busca de la felicidad"... El título es sugerente, aunque, a fin de cuentas, a mí me dejó la impresión de que la felicidad estaba en conseguir la estabilidad y el éxito económico… Esto, sin duda, es importante, pero no es la felicidad… Creo que a estas alturas es algo tan obvio, que no merece la pena entretenerse en explicarlo…

Jesús, a modo de conclusión de su Discurso Programático, expone la doctrina sobre “los dos caminos”: uno que lleva a la Vida y otro que lleva a la autodestrucción. Es decir, una vez más, se nos presenta como Maestro que nos enseña el camino que conduce a la Vida...

Jesús nos habla de que hay una puerta estrecha y una puerta ancha. Ésta es una imagen muy sugerente. La puerta estrecha nos habla de dificultad; la puerta ancha de facilidad. Con ello nos dice algo muy importante: el camino que nos propone en el Sermón del Monte no es fácil, pero quien se anima a seguirlo será feliz y disfrutará de la plenitud de la Vida (con mayúscula). Y, sí, hay otro modo de vivir más "fácil", pero, al final, no nos deja bien... Es decir, lo verdaderamente importante no es si algo me resulta más fácil y no me complica la vida (amar nos complica y mucho), si no dónde me conduce ese modo de plantearme mi existencia... Jesús nos viene a decir, una vez más: "ama, aunque a veces sea difícil, y serás feliz"... Y cuando dice "ama'', a estas alturas ya sabemos que no se trata de un sentimiento ni de romanticismo, sino de hacer el bien siempre que esté en nuestra mano, a todos (sin mirar a quién)… a pesar de todo...

Y, recuerda, hay otros caminos más fáciles (¡buscarse cada uno la vida y no complicarse con nadie!) pero, no te dejes engañar… Eso, a la larga (y a la no tan larga), sólo nos condena a la soledad y a la infelicidad, pues estamos hechos para entregarnos… y es en esa salida de nosotros mismos al encuentro de los demás, donde nos encontramos a nosotros mismos… y encontramos la felicidad…

miércoles, 15 de octubre de 2008

Decálogo del cristiano (Colaboración)

Hace unos días, nos invitabas a realizar a cada un@ nuestro propio decálogo y compartirlo partiendo del Sermón del Monte.

La interiorización de la lectura sosegada del Sermón del Monte que hemos ido haciendo, me lleva a realizar el siguiente Decálogo.

La consecución del mismo es una dinámica de vida, que iremos consiguiendo poco a poco, paso a paso, camino de liberación interior.

PADRE:

  1. Enséñame a ser anónima, que solo seas Tú el que conozca mis acciones.
  2. Que mi seguridad no sea yo, ni las cosas ni las personas que me rodean, que mi seguridad seas Tú que conoces mi fragilidad.
  3. Que no juzgue ni exija a ningún hermano, lo que no me juzgo ni exijo a mí.
  4. Dame el don de ser agradecido por todo lo que me das todos los días (el sol, el aire, el agua, los árboles…..).
  5. Me has hecho hija tuya, por eso mi dignidad y la de mis hermanos es inviolable.
  6. Que no sea indiferente ante la injusticia o el dolor ajeno, no permitas que calle.
  7. Dame el don de perdonar como Tú haces conmigo.
  8. Que proclame la verdad conforme a la enseñanza de tu Hijo que es la Verdad.
  9. Que cada acto de violencia que sienta en mi interior lo convierta en un acto de paciencia para mí y mis hermanos.
  10. Enséñame que no devolver “ojo por ojo y diente por diente” es construir Tu Reino.

Quiero terminar este Decálogo haciendo mi apuesta personal donde LA ROCA es Jesús.

lunes, 13 de octubre de 2008

“Haz a los demás lo que quieras que ellos te hagan a ti” (Mt 7, 12)

Después de haber dado una serie de indicaciones sobre el modo de conducirnos en nuestra relación con los demás (el perdón, la misericordia, la indulgencia) y de haber hecho una invitación a la oración con la confianza de que nuestra vida está en manos del Padre, Jesús dice: “En resumen: Todo lo que os gustaría que hicieran los demás con vosotros, hacedlo vosotros por ellos, porque ésa es en definitiva toda la Ley y los Profetas” (Mt 7,12).

            En realidad, esto no necesitaría mayor comentario… Bastaría un pequeño ejercicio: Piensa en una persona concreta… Escribe qué echas de menos que esa persona haga contigo (que me escuche, que no sea tan exigente…). Después de tener la lista, proponte hacer eso mismo con aquella persona… ¿Qué te parece? ¡Así de simple! Y si te animas, repite el ejercicio pensando en otra persona… Definitivamente, si todos actuáramos así, nuestras relaciones mejorarían sustancialmente…

            Te invito a hacer la experiencia… No basta no hacer daño a nadie… Se trata de actuar positivamente, se trata de hacer algo… (¡el amor se hace, no se piensa o sólo se siente!)  Y como a veces no sabemos qué hacer, el pensar en lo que nos gustaría que hicieran con nosotros, puede ayudar…

            Fijaos, es algo tan efectivo, que yo lo utilizo con bastante frecuencia… Cuando dudo sobre el modo de comportarme con una persona, me pregunto: ¿A ti te gustaría que te hicieran o te dijeran eso?, ¿… de ese modo? Y os aseguro que cuando me contesto sinceramente, y actúo en consecuencia, no me equivoco…

            ¡Cuántas veces al ver algo que no me ha gustado mi primera reacción sería exigir, corregir…! Y, claro, con un gesto o un tono no muy adecuado que digamos… Entonces me pregunto: “Vamos a ver, ¿a ti te gustaría que te lo dijeran de ese modo? ¿Cómo te gustaría que en un caso como éste actuaran contigo?” Esto, además de ayudarme a evitar una primera reacción de la que a veces me puedo llegar a arrepentir, me ayuda a reaccionar más evangélicamente. De verdad, ¡probadlo y ya me diréis!

jueves, 9 de octubre de 2008

El amor es el único lenguaje que todos entendemos (Video)

Antes de comentar la conclusión del discurso programático de Jesús en lo alto del Monte, os presento este vídeo: "La dicha de donarse".
Así mismo, os invito a que releáis el Sermón de la Montaña (Mt 5-7) y a que, a partir de él, elaboréis vuestro propio decálogo para ser cristianos... Mandadlo a yehosuah@gmail.com para poder publicarlo... puede ser una experiencia muy bonita... ¡Gracias!

lunes, 6 de octubre de 2008

"El Sínodo, hacer camino juntos"

Dada su importancia, os transcribo las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció ayer al rezar el Ángelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, tras haber presidido la celebración eucarística de apertura del Sínodo de los Obispos sobre la Palabra en la Basílica de San Pablo Extramuros.

Queridos hermanos y hermanas:

Esta mañana, con la santa misa en la Basílica de San Pablo Extramuros, ha comenzado la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Vaticano durante tres semanas y afrontará el tema: "La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia". Vosotros conocéis el valor y la función de esta asamblea particular de obispos, escogidos para representar a todo el episcopado y convocados para ofrecer al sucesor de Pedro una ayuda más eficaz, manifestando y consolidando al mismo tiempo la comunión eclesial.

Se trata de un organismo importante, instituido en septiembre de 1965 por mi venerado predecesor, el siervo de Dios Pablo VI (Cf. carta apostólica en forma de motu proprio "Apostolica sollicitudo"), durante la última fase del Concilio Vaticano II para aplicar una consigna contenida en el decreto sobre el ministerio de los obispos (Cf. Christus Dominus, 5).

Estas son las finalidades del Sínodo de los Obispos: favorecer una cercana unión y colaboración entre el Papa y los obispos de todo el mundo; ofrecer información directa y exacta sobre la situación y los problemas de la Iglesia; favorecer el acuerdo sobre la doctrina y la acción pastoral; afrontar temas de gran importancia y actualidad. Estas tareas son coordinadas por una secretaría permanente, que trabaja en directa e inmediata dependencia de la autoridad del obispo de Roma.

La dimensión sinodal forma parte constitutiva de la Iglesia: consiste en converger de todo pueblo y cultura para convertirse en uno en Cristo y caminar juntos tras Él, que dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14,6). De hecho, la palabra griega sýnodos, compuesta por la preposición syn, es decir "con", y de odòs, que significa "camino", sugiere la idea de "hacer camino juntos", y es precisamente ésta la experiencia del Pueblo de Dios en la historia de la salvación. Para la asamblea general ordinaria, que hoy comienza, he escogido, acogiendo autorizados puntos de vista en este sentido, el tema de la Palabra de Dios a profundizar desde una perspectiva pastoral, en la vida y en la misión de la Iglesia. Ha sido amplia la participación en la fase preparatoria por parte de las Iglesias particulares de todo el mundo, que han enviado sus contribuciones a la Secretaría del Sínodo, que a su vez ha elaborado el Instrumentum laboris, documento sobre el que discutirán los 253 padres sinodales: 51 de África, 62 de América, 41 de Asia, 90 de Europa y 9 de Oceanía. A ellos se les añaden numerosos expertos y auditores, hombres y mujeres, así como "delegados fraternos" de las demás iglesias y comunidades eclesiales y algunos invitados especiales.

Queridos hermanos y hermanas: os invito a todos a apoyar los trabajos del Sínodo con vuestra oración, invocando en especial la intercesión maternal de la Virgen María, perfecta discípula de la divina Palabra.

domingo, 5 de octubre de 2008

Sínodo de la Palabra

Hoy comienza en Roma la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrollará hasta el 26 de octubre de 2008, y tiene como tema La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Este tema fue elegido por S.S. Benedicto XVI y ha sido preparado durante dos años en todo el pueblo de Dios. Esta reunión congrega a 253 padres sinodales, de los cuales 173 han sido elegidos por las conferencias episcopales a las que pertenecen, 38 participan en virtud de su propio cargo, 32 han sido nominados por el Papa, y 10 han sido elegidos de la Unión de los Superiores Generales de las órdenes y congregaciones religiosas. Entre ellos hay 8 patriarcas, 52 cardenales, dos arzobispos mayores, 79 arzobispos y 130 obispos. En la asamblea sinodal participan, además, 41 expertos procedentes de 21 países y 37 auditores, procedentes de 26 países.

El Sínodo ha sido preparado en la Iglesia universal, con la participación activa de todo el Pueblo de Dios, laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes y obispos de todo el mundo, los cuales han trabajado el documento de los Lineamenta, y han respondido a los cuestionarios abiertos en el mismo acerca de la Palabra de Dios. De este modo, hemos tenido oportunidad de participar abiertamente en la reflexión sobre la experiencia actual de la Iglesia respecto a la Palabra de Dios, considerada en el Concilio Vaticano II como pan de vida que junto con la Eucaristía se venera y distribuye para alimentar y fortalecer la vida y la misión de los fieles en la Iglesia. La participación ha sido grande y diligente de parte de las Iglesias particulares en todos los continentes. Las observaciones de parte de Obispos, sacerdotes, personas consagradas, teólogos y fieles laicos de todo el mundo ha sido recogidas y elaboradas en las Conferencias Episcopales y en los Dicasterios de la Curia Romana y han sido oportunamente sintetizadas en el Instrumentum Laboris, que sirve de base a la Asamblea Sinodal.

La participación de un rabino, del patriarca de Constantinopla y de un número récord de mujeres, así como la introducción de más momentos para intervenciones libres, constituyen algunas de las novedades de este Sínodo. Hoy, primer día de trabajo de la asamblea intervendrá el rabino jefe de Haifa (Israel), Shear Yashyv Cohen, quien presentará a los padres sinodales cómo el pueblo judío lee e interpreta la Sagrada Escritura. Tras el rabino tomará la palabra el cardenal Albert Vanhoye, S.I., rector emérito del Pontificio Instituto Bíblico de Roma, quien recordará elementos centrales del documento El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana. También intervendrá el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, cuyo papel simbólico es reconocido por las Iglesias ortodoxas. Es de destacar la participación femenina extraordinaria: 25 mujeres, 6 como expertas y 19 como auditoras. Entre los expertos españoles participan Jorge Fernández Sangrador, Nuria Calduch, Salvador Pie.

Auguramos lo mejor para esta gran Asamblea de la Iglesia y esperamos que la humanidad pueda recibir el impulso transformador del Evangelio, que anuncia a Jesucristo como la Palabra de Dios que sigue iluminando nuestro mundo, que fecunda las culturas de la tierra y cambia el corazón de los seres humanos, dando vida y esperanza en medio de tanto sufrimiento. 

Tomado de un artículo escrito por José Cervantes Gabarrón, sacerdote misionero y profesor de Sagrada Escritura, y publicado en el Diario de Murcia.

jueves, 2 de octubre de 2008

Pedid y se os dará… (Mt 7,7-11)

Seguro recordaréis esta cita del evangelio en la que se nos anima a la oración diciendo: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre…” Pero, ¿acaso no tenemos la experiencia de que muchas de nuestras oraciones no han sido “escuchadas”? ¿Entonces? ¿Qué querrá decir Jesús con esto?

Frente a la oración suelen haber dos posturas extremas. Algunas personas conciben la oración de una manera mágica (como los paganos)… Creen que por el hecho de rezar una novena o realizar una promesa, Dios queda comprometido a cumplir aquello que se le pide… ¡Y se le pide cada cosa…! Otros, en cambio, no pierden el tiempo en oraciones puesto que Dios no se va a molestar en cambiar el curso de los acontecimientos (en el fondo, esto esconde un “ateísmo práctico” de muchos llamados seguidores de Jesús)… ¡Qué difícil es orar verdaderamente como cristianos…!

Esta recomendación de Jesús se realiza en el contexto del Sermón del Monte donde, hace poco, se nos ha enseñado el modo de orar propio de los hijos de Dios: El Padrenuestro… Es en este contexto donde hay que entender, por tanto, esta invitación a orar…

Jesús no nos dice que el Padre nos concederá lo que le pidamos, así sin más (amor, salud, dinero…), sino que el Padre nos dará “cosas buenas”… Y esas “cosas buenas” es todo aquello que se nos ha enseñado a pedir en el Padrenuestro: que el Padre sea conocido, que su Reino se extienda en nuestro mundo, que se haga su voluntad (no la nuestra), tener el pan cotidiano, el perdón y no caer en la tentación… Quien le pide esto, será escuchado… Como Jesús, a quien el Padre no libró de la tortura y la muerte, sino que le dio la fuerza y le hizo experimentar un amor tan grande, que le permitió afrontar con coherencia lo que la vida le trajo…

Esta invitación a la oración, por tanto, es una invitación a hacer nuestras cada una de las peticiones del Padrenuestro, a vivir confiados en el Padre que da siempre cosas buenas a sus hijos… Y no seamos como los paganos que esperamos la acción de un Dios mágico que intervenga “milagrosamente” sobre las situaciones difíciles que trae la vida o como tantos ateos prácticos que, aunque dicen creer en Dios, no viven con la confianza de saberse en sus manos… Pidamos con confianza, con la certeza de que el Padre siempre nos escucha y nos dará la fuerza y el amor necesarios para vivir con coherencia y serenidad lo que la vida conlleva…