jueves, 30 de octubre de 2008

Y la gente lo escuchaba… (Mt 7,28-29)

Hemos llegado ya al final del Sermón del Monte… Y el evangelista Mateo termina así: “Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas”.

¡Qué comentario más bonito!... Imaginaros a la gente escuchando a Jesús con la boca abierta, sintiendo que su corazón se calienta ante las palabras del Maestro… Por fin hay alguien que les habla al corazón, que les dirige palabras de vida, que no pone sobre sus hombros cargas pesadas, sino la alegría de sentirse amados por un Dios que es Padre e invitados a amar a los demás así como somos amados, sin condiciones…

Te invito a leer una vez más estos discursos, a meditarlos, a interiorizarlos, a hacerlos tuyos… Déjate sorprender por esta “doctrina” tan distinta de la que se predica en los nuevos púlpitos de nuestra cultura: los medios de comunicación social… Siente esa autoridad de Jesús, la autoridad que le viene de su vida, de su experiencia de Dios… Y acoge en tu corazón su enseñanza… y camina en la dirección que sientes que te indica…

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