miércoles, 29 de septiembre de 2010

He aprendido...

He aprendido...
que nadie es perfecto hasta que no te enamoras.

He aprendido....
que la vida es dura pero yo lo soy más!!

He aprendido...
que las oportunidades no se pierden nunca
las que tu dejas marchar... las aprovecha otro..

He aprendido...
que cuando siembras rencor y amargura
la felicidad se va a otra parte.

He aprendido...
que necesitaría usar siempre palabras buenas...
porque mañana quizás se tienen que tragar.

He aprendido...
que una sonrisa es un modo económico
para mejorar tu aspecto.

He aprendido...
que no puedo elegir como me siento...
pero siempre puedo hacer algo.

He aprendido...
que cuando tu hijo recién nacido
tiene tu dedo en su puñito...
te tiene enganchado a la vida.

He aprendido...
que todos quieren vivir en la cima de la montaña...
pero toda la felicidad pasa mientras la escalas.

He aprendido...
que se necesita gozar del viaje
y no pensar sólo en la meta.

He aprendido...
que es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias...
cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.

He aprendido...
que cuanto menos tiempo derrocho...
más cosas hago.

sábado, 25 de septiembre de 2010

“Subió al monte a solas para orar” (Mt 13, 22-23)

Los evangelios sinópticos coinciden en reseñar que, después de que Jesús sació a la multitud, “obligó” a sus discípulos a subirse a la barca y que lo adelantaran yendo a la otra orilla, mientras Él se encargaba de despedir a la gente...

El hecho de que Jesús haya tenido que “obligarlos”, indica que los discípulos por su propia iniciativa no habrían dejado a la gente; más aún, seguramente les molestó que Jesús les hiciera embarcar y atravesar el lago... Este dato, que puede resultar anecdótico, nos deja también una enseñanza...

Jesús acaba de dar de comer a una multitud; es decir, acaba de hacer algo extraordinario que ha dejado a todos impresionados... Esto provoca en la gente la reacción de querer proclamarlo rey... Esta reacción es má habitual de lo que parece... ¿No os ha pasado alguna vez que cuando algo os sale bien o cuando estáis atravesando un momento de éxito personal, profesional, etc., aparecen multitud de “seguidores”, personas que dicen apreciarnos, que nos valoran, agasajan, etc., etc.? Pues a Jesús le pasó lo mismo... Pero Él no buscaba el éxito, pues conocía bien el riesgo de “engancharse” a la fama, a la buena imagen ante la gente... Por eso, al darse cuenta de lo que está sucediendo, rápidamente “saca” a sus discípulos del peligro de querer convertirse en el centro de atención, de creerse benefactores de los demás, olvidando que toda la acción, todo el protagonismo le corresponde única y exclusivamente a Dios... Por tanto, la primera enseñanza es la de tener cuidado de no “engancharnos” al éxito y la de no olvidar que todo lo bueno que hacemos, tiene su origen en el Señor, origen y dador de todo bien...

Pero Jesús hace algo más... Les pide que se le adelanten a la otra orilla... Tenemos que tener cuidado de no “acomodarnos” en los lugares donde estamos bien, donde somos aceptados y bien considerados... El Señor siempre nos invita a ir más allá, a la otra orilla, allí donde hay personas que nos necesitan, aunque nos cueste dejar lo ya conocido... Y lo bonito es que lo que les pide es que le adelanten... ¡He aquí la segunda eseñanza! Nosotros estamos llamados a ir por denlante de Jesús, a abrirle el camino para que otros lo puedan acoger y recibir...

Finalmente, el texto nos dice que, después de despedir a la gente –¡Jesús siempre tan atento!–, subió al monte a solas para orar...

Jesús, en medio de la vorágine de su actividad, saca siempre tiempos largos para estar a solas con su Padre... Es ese contacto con Dios lo que le mantiene el corazón libre ante la tentación del éxito, de acomodarse allí donde todo es más fácil... Es la oración lo que hace que su corazón esté centrado en lo único verdaderamente importante, Dios y la misión que le ha encomendado...

Pidámosle al Señor, una vez más, que nos enseñe a ser como Él... Que hagamos el bien sin quedar seducidos por el éxito... Que no nos acomodemos, sino que salgamos siempre al encuentro de quienes nos necesiten... Que rescatemos tiempos de calidad para estar con el Padre, descansar en Él y alimentarnos de su amor y de su vida...

miércoles, 22 de septiembre de 2010

¿Dónde está Dios? (Colaboración)

¿Dónde está Dios?... Se ve, o no se ve.
Si te tienen que decir dónde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos,
en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire y en el agua.

Dios está en el mar y, a veces, en el templo;
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa,
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza.

Es verdad que Dios está en todas partes,
pero hay que verle, sin preguntar
que dónde está,
como si fuera mineral o planta.
Quédate en silencio,
mírate la cara.
El misterio de que veas y sientas, ¿no basta?
Pasa un niño cantando,
tú le amas:
ahí está Dios.

Le tienes en la lengua cuando cantas,
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas que dónde está,
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga.
En los ojos le tienes cuando ríes,
en las venas cuando amas.

Ahí está Dios, en ti;
pero tienes que verle tú.
De nada vale quién te le señale,
quien te diga que está en la ermita, de nada.

Has de sentirle tú,
trepando, arañando, limpiando,
las paredes de tu casa.
De nada vale que te diga
que está en las manos de todo el que trabaja;
que se va de las manos del guerrero,
aunque éste comulgue o practique cualquier religión,
dogma o rama.

Huye de las manos del que reza, y no ama;
del que va a misa, y no enciende a los pobres
una vela de esperanza.
Suele estar en el suburbio a altas horas de la madrugada,
en el Hospital, y en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre que te sucede
cuando algo te encanta.
Pero, de nada vale que te diga
que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia ese hombre que se compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquéllos, y te empeñas en nada,
si sin porqué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y sonríes a todos y a todos das las gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

Gloria Fuertes

sábado, 18 de septiembre de 2010

Primera multiplicación de los panes (Mt 14, 13-21)

Al igual que Marcos, Mateo nos presenta dos multiplicaciones de los panes, ésta primera dirigida a judíos y, la segunda, a paganos. Es un modo de decir, una vez más, que la acción de Jesús va dirigida a todo el mundo, más allá de las fronteras establecidas por una raza o religión…

El relato de la multiplicación de los panes está bellamente escrito. Al igual que otras actuaciones de Jesús, es más digno de ser contemplado que comentado.

Al enterarse del martirio de Juan el Bautista, Jesús se retira con sus discípulos. Sin embargo, a estas alturas es un personaje muy conocido, por lo que la gente rápidamente se da cuenta de que se dirige al otro lado del lago e incluso se le adelantan. Esto nos puede resultar raro, pero quienes conocen aquellas tierras, han comprobado que muchas veces es más rápido ir andando a un lugar que atravesar el lago. Pero, bueno, el hecho es que cuando Jesús llega a la otra orilla, se encuentra con una multitud de personas… Y siente compasión… La compasión es uno de los sentimientos recurrentes en Jesús… Aunque iba en busca de un lugar tranquilo para instruir a sus discípulos, es capaz de descubrir en quienes lo buscan a personas que necesitan ser atendidas… Y no se hace de rogar… Y los cura…

El tiempo pasa, se hace tarde y, claro, hay que comer… Los discípulos le piden que despida a la gente, pero Jesús les dice aquella tan conocida frase: "Dadles vosotros de comer…"

Jesús es el Mesías que tiene una palabra de aliento, un Maestro de Sabiduría (el Sermón del Monte); es el Mesías que sana toda enfermedad y dolencia (los capítulos 8-9); y ahora nos vendrá presentado como el Mesías que, como Moisés, alimenta a su pueblo… Pero, como veremos, no con un alimento cualquiera, sino con el alimento que nutre nuestro interior y que nos comunica la Vida con mayúscula.

Es hermoso ver el modo de actuar de Jesús… En primer lugar, la iniciativa es totalmente suya… Es Él quien siente compasión, Él quien lee el corazón de las personas y percibe sus necesidades más profundas, sin necesidad de que nadie se lo diga… Sin embargo, Jesús no hará lo que pueden hacer sus discípulos, no hará lo que podemos hacer nosotros… Él nos anima a dar de comer a la gente, a salir al paso de sus necesidades; nos anima a compartir lo que tenemos, aunque nos parezca poco; mejor aún, nos invita a poner lo que tenemos en sus manos, en las de Jesús, para que Él lo bendiga y lo multiplique, de modo que alcance para todos… ¡Ésta es la primera gran lección! Pongamos todo lo que somos y tenemos en sus manos para que Él lo bendiga y lo multiplique… De este modo, lo que somos y tenemos redundará en bien para mucha gente… En realidad, vivir así es vivir con una "espiritualidad eucarística": hacer de nuestra vida un ofrecimiento (igual que en el ofertorio se presentan el pan y el vino), de modo que, en manos de Jesús, todo lo que somos y tenemos, se convierta en vida para el mundo…

Y, sí, efectivamente, Jesús no sólo multiplica el pan y alcanza para todos, sino que, incluso, sobra… ¡Dios es "manirroto"!... ¡Seamos también nosotros generosos, como lo es Él!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Da siempre lo mejor de ti, y lo mejor vendrá... (Colaboración)

A veces, las personas son egoístas, ilógicas e insensatas...
Aún así, perdónalas.

Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoísta e interesado...
Aún así, sé gentil.

Si eres vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos...
Aún así, vence.

Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte...
Aún así, sé honesto y franco.

Lo que tardaste años para construir, alguien puede destruirlo de una hora para otra...
Aún así, construye.

Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia...
Aún así, sé feliz.

El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana...
Aún así, haz el bien.

Da al mundo lo mejor de ti, aunque eso pueda nunca ser suficiente...
Aún así... da lo mejor de ti mismo.

Y recuerda, que a fin de cuentas...
Es entre tú y Dios, nunca fue entre tú y ellos...

MADRE TERESA DE CALCUTA

sábado, 11 de septiembre de 2010

El martirio de Juan el Bautista (Mt 14, 1-12)

Iniciamos el comentario a la tercera sección de la primera parte del evangelio según san Mateo.
Os recuerdo que este evangelio está organizado del siguiente modo (sigo la propuesta de Antonio Rodríguez Carmona en su comentario a la nueva Biblia de Jerusalén):
Prólogo Teológico: Nacimiento e infancia de Jesús el Cristo (1,1-2,23).
I Parte: Jesús rechazado por la mayoría y aceptado por sus discípulos.
  • Sección 1: Jesús es el Mesías (3,1-11,1).
  • Sección 2: Jesús; Mesías rechazado por el pueblo judío (11,2-13,58).
  • Sección 3: Jesús reconocido como Mesías por sus discípulos (14,1-16,20).
II Parte: Nacimiento de la Iglesia, verdadero Israel, por la muerte y resurrección de Jesús.
  • Sección 1: Jesús sube a Jerusalén e instruye a su Iglesia (16,21-20,15).
  • Sección 2: Actividad mesiánica en Jerusalén (21,1-25,46).
  • Sección 3: Pasión, muerte y resurrección (26,1-28,15).
Conclusión (28,16-20).
Esta sección se caracteriza fundamentalmente por dos temas: Jesús se retira ante el rechazo de sus adversarios y se dedica a instruir a sus discípulos. Por tanto, no estamos ante una huida frente a la dificultad, sino ante una "estrategia"... No es que Jesús abandone las multitudes por huir del peligro, de hecho continúa actuando a favor de la gente que lo busca y lo necesita, sino que se concentra de manera más particular en la formación del pequeño grupo de discípulos que se muestran abiertos a sus enseñanzas y que luego serán los continuadores de su misión.
Todo comienza con la presentación del martirio de Juan el Bautista. El relato es espeluznante... Impresiona lo absurdo de los acontecimientos... Herodes mandará asesinar a Juan por una promesa tonta, hecha en un momento de "euforia"… Su mujer Herodías se aprovechará de la situación e instigará a su hija para que pida la cabeza de Juan… No hay más razones… ¡Cuántas ejecuciones han sido realizadas por capricho, por intrigas, aprovechándose de las circunstancias…! Juan es sencillamente uno más de la lista de quienes han sido eliminados por denunciar las injusticias…
Pero hay algo más. El evangelio según san Mateo ha puesto varias veces a Jesús en relación con Juan... Jesús ha iniciado su vida pública al enterarse de que Juan ha sido apresado (4,12); ha respondido a las dudas de Juan y lo ha ensalzado frente a la gente (11,2) y, ahora, cuando se entere de su muerte, se retirará a un lugar solitario (14,13)... Es como si Jesús interpretara lo que le va aconteciendo a Juan como "señales"... Primero fue una invitación a dirigirse a las multitudes y, ahora, una llamada a concentrarse en sus discípulos, pues con el martirio del Bautista no se nos presenta tan solo un episodio de la vida de este profeta, sino que es una prefiguración del destino que también espera a Jesús...
Ante la dificultad, Jesús no huye (tampoco huyamos nosotros), sino que vela por la continuidad de su obra preparando al grupo de seguidores que deberán continuar su misión... Por eso, a partir de ahora asistiremos a una serie de instrucciones dirigidas de manera particular a sus colaboradores más cercanos y, por qué no, también a nosotros... Sólo esto es ya una enseñanza... Dediquemos también nuestro tiempo a iniciar a otros en el seguimiento de Jesús...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Oración de Ofrecimiento

Dios mío, te ofrezco el día que hoy comienza;
tú me lo has regalado, yo te lo devuelvo...
Tú me has dado todo lo que soy y lo que tengo.
Me has dado mi mente, mi cuerpo,
mi tiempo, mi energía,
la salud, mis amigos,
mi familia, la fe, todo...
Y yo quiero ponerlo todo en tus manos...
Deseo restituir por amor a tu amor
todo lo que soy y lo que tengo;
Tú me has dado todo por amor
y yo deseo dártelo todo por amor.
Deseo usarlo todo, como Tú quieras que yo lo utilice:
mi tiempo de estudio, mi tiempo de trabajo,
mi tiempo de descanso....
Deseo cumplir tu voluntad en cada una de estas actividades,
con cada persona que me encuentre
a lo largo del día de hoy.
Quiero ser instrumento de tu paz, de tu amor,
de tu justicia, de tu fidelidad,
de tu verdad, de tu vida.
P. Francisco Javier Gautrelet, sj

sábado, 4 de septiembre de 2010

Jesús es rechazado en Nazaret (Mt 13, 53-58)

El capítulo 13 del evangelio según san Mateo termina con una visita de Jesús a Nazaret, su tierra, su patria chica. Con este episodio se concluye la sección dedicada a presentar el rechazo que experimentó Jesús por parte de su propio pueblo a lo largo de su vida pública (Mt 11,2-13,58).

En realidad es un episodio triste que ilustra, sin embargo, la actitud de muchas personas ante Jesús…

Jesús va a Nazaret y, como es su costumbre, enseña en la sinagoga. Sin duda lo que dice despierta admiración… Y no sólo lo que dice, sino que sus compatriotas reconocen abiertamente que de su boca sale una sabiduría extraordinaria y que en su actuación hay hechos milagrosos… Sí, Jesús habla y actúa, y en lo que dice y hace hay una coherencia impresionante que pone al descubierto una persona extraordinaria… Entonces, ¿por qué el rechazo?

Este texto pone de manifiesto, una vez más, el tema de los prejuicios…

El Diccionario de la Real Academia Española define el prejuicio como una "opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal". El prejuicio es un juicio previo que nos impide ver la realidad tal como es, contaminándola con ideas preconcebidas, muchas veces equivocadas… Y, sí, Jesús también fue víctima de los prejuicios… El razonamiento de sus compatriotas es: ¿cómo de esta persona que todos hemos conocido, del hijo del carpintero puede salir todo esto?... Y se cierran ante la evidencia, pues dan por supuesto que es imposible que de alguien de origen humilde y sencillo pueda venir algo tan extraordinario…

Detrás de este rechazo hay algo más de fondo… Mateo dice que la gente de su pueblo pasa de la admiración al escándalo… Es decir, pasan de reconocer que hay algo realmente inexplicable y extraordinario en Jesús, a cerrarse a dicha evidencia y dar por imposible e inverosímil tal posibilidad…

El "escándalo" en la Biblia alude a algo que se presenta como tropiezo u obstáculo… Es decir, el que Jesús tenga un origen sencillo y humilde aparece como un obstáculo para creer que Él pueda ser el Mesías… De fondo es la dificultad que tenemos todos muchas veces en aceptar la realidad misma de la Encarnación y el tipo de mesianismo que eligió Jesús, un mesianismo sencillo, humilde, una condición frágil y vulnerable…

Este episodio es el paradigma del rechazo de Jesús por parte de aquellos que supuestamente estaban mejor preparados para recibirlo (el pueblo judío)… Por eso, este texto nos enfrenta a la pregunta: ¿Aceptamos nosotros el tipo de mesianismo que propone Jesús?, ¿creemos que el camino para vivir y anunciar el evangelio es la humildad, la sencillez, la no imposición?, ¿somos capaces de reconocer en lo sencillo y en lo que no tiene relevancia social la actuación silenciosa de Dios, o somos también nosotros víctima de nuestros propios prejuicios?