domingo, 31 de agosto de 2008

Meditando sobre el Padre nuestro (Colaboración)

Meditando las reflexiones sobre el Padre Nuestro, pienso que Jesús enseñó a los que le seguían a hablar con su Padre con esta oración alrededor de una mesa, mirándose las caras, haciendo penetrar a través de los gestos, las miradas y…!como no! con la palabra, cada una de las Enseñanzas que su Padre le había encomendado para instaurar su Reino.
Quiero compartir con vosotros algunas de las cosas suscitadas:

Padre nuestro… palabra clave, Dios nos ha creado para que consigamos ser hombres libres, sin los miedos que nos brotan de las “esclavitudes” que vamos haciendo nuestras y nos van paralizando hasta conseguir que seamos los “muertos” más activos que demanda la sociedad.

Santificado…
Tu nombre es Padre, que lo repita una y otra vez hasta sentir en lo más profundo de mi ser que soy hij@ tuy@.

Venga…
Padre, tu Reino es mi desarrollo progresivo en el que voy encontrándome contigo que eres Dios, en el que quieres que sienta a todos como hermanos, donde mi “yo” pase a ser TU yo.

Hágase…
Padre, tu voluntad es que sea hija tuya y que por encima de todo consiga ser persona libre sin que ninguna esclavitud me la arrebate

Danos…
Una mesa, un trabajo, una familia, pero…sobre todo danos TU REINO Y TU JUSTICIA.

Perdona…
Padre, permíteme romper las cadenas de todos los miedos que me tienen paralizada, concédeme el no juzgar, sobre todo de mi misma, enséñame a perdonarme y perdonaré a mis hermanos.

No nos…
Padre, enséñame a vivir por mí misma, no por el sendero que los demás quieren que viva.
Mi historia no está cerrada, está unida a la tuya, no está nada terminado.

Líbranos…
De construir mi casa sobre una Roca diferente a la Tuya.

jueves, 28 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (6): "Padre, hágase tu voluntad..."

Padre mío, quiero decir, como Jesús,
que no se haga mi voluntad sino la tuya…
Sí, Padre, quiero anteponer tu voluntad
a mis proyectos, mis gustos, mis caprichos…
Quiero que el motor, la guía y la brújula
de mi vida sea la identificación con tus designios…,
pues tu voluntad es la paz, la felicidad y la justicia
para todos los hombres, para mí mismo/a…

Padre, me entrego a tu voluntad
porque sé que tú sólo puedes desear lo mejor para mía…
Me entrego a tu voluntad
porque sé que esta voluntad es que ame y sirva
sin medida, sin llevar cuenta…,
que ame y sirva a todos, igual que hizo Jesús…

Padre, que viva mis ocupaciones de cada día
con el amor del hijo
que sabe que en lo que hace,
cumple los deseos de su Padre…
Que la atención a mi familia,
que mi responsabilidad en el trabajo,
que mi cercanía con los amigos,
que mi interés por los necesitados
sea el modo concreto de cumplir tu voluntad…

Padre mío…
Quiero repetirte desde el fondo de mi corazón:
“Hágase tu voluntad”…
en mi vida, en mi familia, en mi mundo…
Y que el abandono confiado en tus brazos
sea para mí fuente de paz y de confianza
pues sé que mi vida está en tus manos.

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008, pp. 26-31.

lunes, 25 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (5): "Padre, venga a nosotros tu Reino."

Padre, deseo con todo mi corazón que llegue tu Reino.
Que Tú realmente seas el centro de mi vida,
de mi familia, de mi trabajo,
de la sociedad, del mundo, de todos.
Que tus criterios rijan nuestras acciones,
nuestras opciones,
las decisiones que afectan la vida de tantas personas,
de tantos pueblos.

Padre, que dejemos de servir a “dos señores”,
y que nos decidamos a vivir de una vez por todas
de acuerdo a los valores del Evangelio.

Padre, ¡venga tu Reino!
Un reino de amor, de justicia,
donde todos podamos vivir como hijos y hermanos,
no ese Reino que intentan imponernos:
El reino de la moda, de la mentira,
del poder, del dinero, de la imagen.

Padre, que no espere con los brazos cruzados
a que tu Reino venga del cielo
sino que luche para construir un mundo de hijos y hermanos.

Cada vez que siembro la justicia, viene tu Reino.
Cada vez que obro con ternura, viene tu Reino.
Cada vez que perdono, viene tu Reino.

Sí, Padre, ¡venga tu Reino!

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008, pp. 26-31.

jueves, 21 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (4): "Santificado sea tu Nombre..."

Padre, yo te alabo, te bendigo y te agradezco por tantos beneficios.
Te alabo y te bendigo porque eres santo, porque eres bueno,
porque eres todoternura,
porque haces salir el sol sobre buenos y malos,
sobre justos e injustos.

Padre, Tú eres santo,
y has derramado tu Espíritu en todo mi ser,
haciéndome hijo tuyo, como Jesús.
Sí, Padre, soy Templo del Espíritu Santo,
en mí habitas tú que eres Trinidad…
Y no sólo en mí, sino en todos los que me rodean,
mi familia, mis amigos,
tantos y tantos con quienes me cruzo cada día…

Padre santo,
muchas veces he escuchado que todos somos llamados a la santidad.
Sí, Padre, quisiera llegar a ser santo, como Tú…
A tener tus actitudes, tus sentimientos,
tu corazón.
Y que a través de mi vida
todos descubran quién eres Tú y cuánto los amas.

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008, pp. 26-31.

lunes, 18 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (3): "Padrenuestro que estás en el cielo""

Padre,
hoy quiero levantar los ojos y el corazón a Ti
que estás en el cielo.
Quiero agradecerte que me ofrezcas
el lugar donde Tú habitas en herencia.

Padre, que en la lucha de la vida
recuerde que camino hacia tu casa,
hacia el encuentro y el abrazo contigo.

Padre, que no viva prisionero de los cuidados
y afanes de la vida cotidiana,
sino que, puestos los ojos y el corazón en Ti,
vea las cosas, mis problemas,
mi situación concreta, como Tú la ves.

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008.

jueves, 14 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (2): "Padre nuestro"

Padre, si te invoco como “nuestro”,
es que reconozco
que todos los seres humanos son mis hermanos y hermanas.

Ayúdame a verte presente en mis hermanos,
a descubrirte a Ti en ellos.
Enséñame a amar a todos con amor universal,
como Tú, que amas a buenos y malos,
a justos e injustos,
a agradecidos y desagradecidos.
Que no me deje llevar por mis simpatías o antipatías,
que los ame como Tú me amas a mí.

Padre, que nunca ponga mis intereses, mi bienestar, mi instalación,
mis gustos por encima del bien de los demás.
Dame tu corazón para que sea sensible
ante el que sufre en el cuerpo o en el espíritu;
que me esfuerce en remediar o suavizar sus males,
en consolar al que padece.

Padre, que no sea tacaño a la hora de entregar mi tiempo,
mi dinero, mi esfuerzo, mi ayuda, mi comodidad.
Que no me deje llevar por la ira o la indignación
ni que hiera la fama de mis hermanos con críticas
y tal vez calumnias.

Padre, que sea fuente de paz, alegría, serenidad,
y que con mi vida ayude a construir un mundo
de hijos y hermanos.

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008, pp. 26-31.

lunes, 11 de agosto de 2008

Orar con el Padrenuestro (1): "Padre"

Padre, hoy quiero invocarte no sólo con los labios sino con el corazón,
y al nombrarte, estremecerme al sentir que soy tu hijo/a.
Quiero amarte como hijo con todo mi corazón,
con todo mi ser, con todas mis fuerzas.
Deseo vivir con conciencia el milagro de ser hijo tuyo
y agradecerte el regalo de haber recibido tu misma vida en mí.

Padre, enséñame a comportarme como hijo tuyo,
a compartir tus deseos, tus afanes, tus intereses,
a sentirme miembro de tu familia.
Quiero aprender a participar de esa intimidad que me ofreces
y a la que me llamas suave pero insistentemente.

Padre, enséñame a dialogar contigo, a orar,
a escuchar todo aquello que deseas comunicarme
en el fondo de mi alma
y a decirte confiadamente: Me abandono en tus manos.

Inspirado en un escrito del P. Jorge de la Cueva, SJ, publicado en Magnificat del mes de agosto 2008, pp. 26-31.

jueves, 7 de agosto de 2008

Padre nuestro de la vida

Con esta canción podemos interiorizar el Padre nuestro, meditarlo en nuestro corazón y pedir hacerlo vida.

lunes, 4 de agosto de 2008

Padre nuestro (9): "...no nos dejes caer en la tentación..."

Algunos desdoblan esta petición en dos, nosotros la vamos a considerar como una sola.
Esta última petición del Padre nuestro supone una gran dosis de realismo, pues implica vivir con la conciencia de que a lo largo de nuestra vida estamos sometidos a la tentación y somos asediados por el mal…
El término “tentación” alude a una imagen: la de una piedra que nos hace tropezar. Por tanto, la tentación es todo aquello que nos puede hacer tropezar o que nos puede desviar en nuestro camino de seguimiento a Jesús.
Caigamos en la cuenta de que no se habla de “tentaciones” sino de “tentación”, pues en el fondo la tentación es sólo una: prescindir de Dios… Quien elimina a Dios de su vida, pierde la roca fundamental de su existencia, su punto de apoyo… Quien no reconoce a Dios como el punto de referencia, corre el riesgo de endiosarse a sí mismo o de endiosar a otros… Quien no se experimenta como hijo, difícilmente puede vivir como hermano…
Ser librados del mal (o del Maligno, como dicen algunas traducciones), es pedir no ser seducidos por propuestas contrarias al Evangelio…
Pidamos al Padre que nos ayude a no caer en la tentación de creernos superiores, de desconfiar de su bondad… Todos somos tentados, pero esto no quiere decir que necesariamente caigamos presa de esa tentación… Con la ayuda del Padre podemos aprender a reconocer y a vencer las tentaciones…
Hoy te propongo un ejercicio… Cae en la cuenta de los momentos en que eres tentad@... ¿Cómo se manifiesta en ti la tentación? ¿Qué te sugiere? ¿A qué te invita? Y date el gusto de, conscientemente, decirle que no… Y pídele al Padre que te mantenga firme en el camino que Él te ha trazado, que supone caminar por la huellas de Jesús…