1. LEE: Mt 21, 1-11
El Domingo de Ramos es el pórtico de la Semana Santa. En la liturgia se recuerda la entrada gloriosa de Jesús en Jerusalén y también se lee el relato de la Pasión. Con ello se resalta la dimensión sufriente y, a la vez, gloriosa, que contemplaremos en los días santos que se aproximan. Jesús entra montado en un burro. Es el rey manso y humilde que trae la paz, en contraste al poder que oprime y domina. Preparemos el corazón para acoger a aquel que viene en nombre del Señor a dar su vida como muestra suprema del amor de Dios a cada uno de nosotros y unamos al pueblo que lo aclama y lo acoge jubiloso.
2. MEDITA
- ¿Comparto yo ese modo de ser sencillo y humilde de Jesús?
- Los discípulos hacen exactamente lo que Jesús les dice, ¿y yo?
- ¿Está mi mirada fija en Jesús, en su entrega amorosa, ahora que ya estamos a punto de empezar la Semana Santa?
3. ORA
- Dialoga con el Señor...
- Pídele… Dale gracias…
- Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
- ¿A qué te invita su Palabra?
- ¿Qué podrías mejorar o cambiar?
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