sábado, 11 de febrero de 2017

El cristianismo busca transformar el corazón. (Mt 5, 17-37)

Un evangelio de vértigo. ¿Cómo puede ser eso? También María le hizo esa pregunta al ángel aquel día, pero luego dijo: "hágase tu voluntad, modélame, como arcilla blanda entre tus manos, transfórmame el corazón". Y dio a luz a Dios. También nosotros podemos, como ella, llevar a Dios al mundo, dar a luz amor.
"Habéis oído que se dijo... pero yo os digo". Jesús no contrapone a la moral antigua una súper moral mejor, sino que revela el alma secreta de la ley: “su evangelio no es una moral sino una profunda liberación" (G. Vanucci). Jesús no es ni laxista ni rigorista, no es más rígido o más condescendiente que los escribas, Él hace otra cosa, toma una norma y la lleva más allá, la abre como una flor, en dos direcciones: la línea del corazón y la línea de la persona.
Jesús lleva la ley a su plenitud y nace la religión de la interioridad. "Se dijo: no matarás; pero yo os digo: quien se irrita con su hermano; es decir, quien alimenta odios y rencores, en su corazón ya es un homicida”. Jesús va a la raíz: va al corazón para sanarlo, solo así se podrán curar los gestos. Vuelve al corazón y cuídalo porque es la fuente de de la vida. 
"No juréis. Vuestra palabra sea sí, sí; no, no". No se prohíbe solo jurar, lo que se prohíbe es la mentira. Di siempre la verdad y así no hará falta jurar.
Jesús lleva a plenitud la ley mirando a la persona. "Si miras a una mujer deseándola para ti, eres ya un adúltero". No dice: si tú, hombre, deseas una mujer o si tú, mujer, deseas un hombre. El deseo forma parte de la vida. Dice: si miras deseando; es decir, si te acercas a una persona para seducirla o poseerla, si la reduces a un objeto, tú pecas contra la esencia de esa persona.
Cometes adulterio en el sentido originario del término adulterar: tú alteras, falsificas, manipulas, humillas la persona. Le robas el sueño de Dios, la imagen de Dios. Pecas no contra la moral, sino contra la persona, contra la nobleza y profundidad de la persona.
Entonces, ¿qué es la ley moral? Escucha a Jesús y comprenderás que la norma está hecha para proteger la vida, es garante de aquello que nos hace crecer en humanidad, porque Jesús solo habla en defensa de la humanidad del ser humano, con las palabras propias de la vida.
Es así como el Evangelio se convierte en algo fácil, humanísimo, incluso cuando dice palabras que dan vértigo. Porque no añade más carga a la carga, no convoca a héroes puros y duros, no se dirige a santos, sino a personas auténticas, simplemente a hombres y mujeres sinceras de corazón.
(Ermes Ronchi - www.retesicomoro.it - traducido del italiano)

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