Hoy celebramos el día de la Ascensión de Jesús a los cielos; es decir, de su regreso a la casa del Padre. Jesús ha cumplido su misión y ahora nos toca a nosotros continuarla siendo sus testigos; testigos porque hemos experimentado el amor de Dios. Somos enviados a hacer realidad el sueño de Dios: que vivamos como hijos y hermanos; ayudar a hacer posible un mundo en el quepamos todos; donde haya pan y paz para todos. ¿Cómo? Viviendo como Él vivió, amando como Él nos amó. Para ello, contamos con la asistencia del Espíritu Santo. El mismo Espíritu que está en el seno del Padre, el que condujo a Jesús en su vida mortal, nos ha sido donado y nos dará todo lo que necesitamos para la tarea que nos ha sido encomendada.
2. MEDITA:
- ¿Cómo acojo en mi vida la misión que me ha confiado el Señor?
- ¿Soy testigo de Jesús con mi vida? ¿Ante quiénes? ¿De qué manera?
- ¿Siento la alegría de saberme amada, salvada, enviada por el Señor?
- Dialoga con el Señor...
- Pídele… Dale gracias…
- Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE:
- ¿A qué te invita su Palabra?
- ¿Qué podrías mejorar o cambiar?
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