jueves, 15 de diciembre de 2022

IV Domingo de Adviento (Ciclo A): "José hizo lo que el ángel le dijo" (Mt 1, 18-23)


1. LEE: MATEO 1, 18-24

El IV domingo de Adviento es el domingo más próximo a la Navidad. Para prepararnos a esta gran celebración cristiana, la liturgia de la Palabra nos invita a contemplar el misterio de la Encarnación. Como estamos en el ciclo A, se lee el evangelio según san Mateo, c. 1, vv. 18-24. Así como san Lucas nos narra el anuncio del ángel a María; san Mateo nos presenta el que podríamos llamar el anuncio del ángel a san José. Lucas cuenta los episodios de la infancia poniendo de relieve la figura de María; san Mateo, en cambio, resalta más la figura de José.

Un primer dato importante es que, Mateo, al igual que Lucas, afirma con claridad que María ha quedado embarazada por obra del Espíritu Santo. Ahora, sin embargo, pone el foco en la reacción de José ante este hecho.

José está en un dilema. Su mujer está encinta y, obviamente, él no es el padre. Es un hombre religioso. La ley, en estos casos, manda lapidar a la mujer o, al menos, repudiarla, es decir, abandonarla. Pero al parecer, su conciencia le dice otra cosa. La lucha de José es grande. Y, cuando cae agotado, el Señor le puede despejar sus dudas a través de un ángel que le habla en sueños.

Muchas veces en la Biblia aparecen momentos en que Dios se manifiesta en sueños. Adán cayó en un profundo sueño antes de la creación de Eva. Jacob vio en sueños aquella escalera que unía el cielo y la tierra. José, el hijo de Jacob, es famoso por sus sueños… Así, muchos ejemplos. Este es un modo de decir que Dios no siempre se manifiesta de manera clara y contundente. Muchas veces, nos parece que ha sido como un sueño y necesitamos discernir...

El centro del relato es precisamente el anuncio del ángel. Él le revela a José que María ha concebido por obra del Espíritu Santo. Y, sobre todo, le revela la identidad de aquel que va a nacer a través de los dos nombres que le va a dar (recordemos que el nombre expresa la identidad). Aquel que va a nacer se llamará Jesús (Dios-salva) y Emmanuel (Dios-con-nosotros). Es decir, aquel niño es Dios que viene entre nosotros para salvarnos. Un detalle bonito es que será José quien, por indicación del ángel, le pondrá el nombre, como un modo de tomar parte en este acontecimiento tan importante.

Y, José, aquel hombre sencillo y profundamente creyente, acoge las palabras del ángel y hace lo que le dijo. En José podemos ver claramente qué es ser creyente: disponernos para escuchar la Palabra de Dios, acogerla y ponerla por obra.

Que estos días, ya cercanos a la Navidad, sean días para leer, escuchar y acoger la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Y, no olvidemos que, la Palabra de Dios es, sobre todo, Jesús. En Él, Dios nos ha dicho claramente quién y cómo es Él y lo que nosotros tenemos que hacer y cómo tenemos que vivir.

2. MEDITA
  • En momentos de dificultad, cuando estoy en un dilema o tengo que tomar decisiones complicadas, ¿lo hablo con el Señor? ¿Lo pongo en sus manos?
  • ¿Actúo de acuerdo a la voz de mi consciencia?
  • ¿Escucho con atención la Palabra de Dios?
  • ¿Sé distinguir lo que me dice a mí personalmente?
  • ¿Pongo por obra aquello que el Señor me indica?
3. ORA
  • Dialoga con el Señor...
  • Pídele… Dale gracias…
  • Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra?
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

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