miércoles, 1 de junio de 2011

Fiesta de la Ascensión del Señor

Aunque parezca mentira, han pasado ya 40 días desde que celebramos la resurrección de Jesús, el Domingo de Pascua... Por eso, este jueves correspondería celebrar litúrgicamente la Fiesta de la Ascención, si bien en la mayoría de lugares esta celebración se ha trasladado al domingo para facilitar la participación de los cristianos en la eucaristía.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, san Lucas nos dice que, después de su muerte, Jesús se dejó ver a sus discípulos durante 4o días, dándoles pruebas de que estaba vivo; y les habló una vez más del Reino de Dios y les dio instrucciones (cf. Hech 1, 1-11). Todos sabemos que en la Biblia el número 40 tiene un sentido simbólico. "40" representa un periodo prolongado de tiempo, una etapa... Al usar el número "40", san Lucas lo que quiere trasmitir no es una cronología (de hecho ninguno de los evangelistas habla de 40 días ni señalan el tiempo preciso de duración de las apariciones); lo que nos quiere decir es que la experiencia de las "apariciones" no fueron pasajeras sino que Jesús se dejo ver a ellos durante bastante tiempo, el necesario para afianzar en cada uno la conviccioón de que estaba vivo, en medio de ellos, acompañándolos y enviándolos a prolongar su misión.
El sentido de esta fiesta lo podemos encontrar en la Oración Colecta de la misa que dice así: "Llena, Señor, nuestro corazón de gratitud y de alegría por la gloriosa ascención de tu Hijo, ya que su triunfo es también nuestra victoria, pues a donde llegó Él, nuestra Cabeza, tenemos la esperanza cierta de llegar nosotros, que somos su cuerpo."
La ascensión es presentada como "victoria", como llegada a la meta... Sí, Jesús, después de haberse mantenido fiel al Padre y a sus hermanos, regresa a casa del Padre, ya no sólo como Dios sino también como hombre y, con él, nos lleva a todos. Por eso se nos dice que, donde Él llegó, llegaremos también nosotros...
Y, sí, esa es nuestra esperanza... la fidelidad al Padre y a los hermanos en esta vida, nos conducirá a gozar eternamente en la casa del Padre... Por eso, hoy también se nos dice a nosotros: "Qué hacéis mirando al cielo..." No se trata de mirar hacia "arriba" sino de comprometernos con este mundo de aquí "abajo" para hacerlo "como Dios quiere"... un mundo de hijos y de hermanos, donde reine el amor, la paz y la justicia...
A partir de mañana también da inicio la novena al Espiritu Santo pues, dentro de 9 días, celebraremos la Fiesta de Pentecostés.

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