Toda la sección de los milagros que terminamos de comentar la semana pasada, concluye con lo que técnicamente se llama un “Sumario”; es decir, un pequeño texto que resume todo lo expuesto con anterioridad… Hay varios de estos sumarios en los evangelios. En esta ocasión de nos dice: “Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva el Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia”. ¡Qué imagen más hermosa de Jesús! En apenas dos trazos se nos dice quién es Jesús: Un Maestro de Sabiduría que nos enseña el camino de la felicidad (Mt 5-7), pero no un charlatán barato, sino alguien que, a su vez, nos libera de todo aquello que nos impide seguir el camino que nos propone. Os invito, por tanto, a releer estos hermosos capítulos de Mateo y a contemplar esta imagen de Jesús que se acerca a nosotros, que no espera a que seamos nosotros quienes vayamos a Él, sino que se dedica a recorrer pueblos y ciudades, a salir a nuestro encuentro… Y aprendamos de Él a ser, como dice el Documento de Aparecida: discípulos y misioneros. Discípulos, atentos al maestro para aprender de Él a tener palabras de consuelo para los demás, para aprender a liberar a quienes se sienten oprimidos por tantos males que no les dejan ser ellos mismos… Y, misioneros, que salimos al encuentro de la gente, precisamente para ser portadores de buenas noticias, porque Dios es buena noticia, y no como los fariseos que cargamos fardos pesados sobre los demás, sino que los ayudamos a llevar sus cargas…
domingo, 9 de agosto de 2009
Jesús, Maestro de Sabiduría y Sanador (Mt 9, 35)
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