domingo, 23 de agosto de 2009

Palabras de Jesús a los misioneros II: Instrucciones (Mt 10, 5b-15)

En este discurso de Jesús a los primeros misioneros, después de una pequeña introducción, Mateo nos da a conocer las instrucciones de Jesús, instrucciones que siguen siendo válidas para nosotros hoy.

Este discurso es muy conocido. En él se nos responden a preguntas fundamentales que puede tener cualquier misionero de entonces y de ahora.

  1. ¿A qué nos envía?: A hacer lo de Jesús.
    • A salir al encuentro de la gente, no a esperar sentados en nuestras casas, grupos o parroquias.
    • A proclamar la cercanía de Dios, no a un Dios lejano sino a un Dios que se acerca a nosotros. No a enseñar dogmas o normas, sino a decir, antes que nada, que Dios nos quiere y, por eso, nos enseña un modo nuevo de vivir (normas).
    • A hacer el bien a la gente: curar, resucitar, limpiar, expulsar demonios… No a anunciar castigos o a dar grandes discursos…
  2. ¿Con qué estilo?: El de Jesús.
    • La gratuidad, que brota de la experiencia de que todo lo que tenemos es puro don de Dios, que nos lo da para que lo pongamos al servicio de los demás.
    • La confianza de que todo lo que necesitemos nos será dado, como dice el Padre nuestro, pues el obrero merece su sustento. Por tanto, nunca debe primar el interés o retribución económica.
    • La característica de los misioneros será la austeridad, la sencillez y la confianza en la Providencia.
  3. ¿Cómo debe ser la relación con la gente?
    • Se hace una llamada a la confianza en la hospitalidad.
    • Los misioneros deben permanecer un tiempo en el mismo lugar, precisamente para dar continuidad a su tarea.
    • Debemos ser portadores de paz, signo de que Dios está con nosotros y que actúa a través de nosotros.
    • No preocuparnos si nos rechazan, sino hacer sencillamente lo que tenemos que hacer… La respuesta o acogida de la gente, no depende de nosotros…

Si todos nosotros, por el hecho de ser cristianos, seguidores de Jesús, somos también misioneros, sería bueno preguntarnos cómo desempeñamos este cometido… ¿Salimos al encuentro de la gente? No hace falta ir al fin del mundo... a nuestro alrededor hay muchas personas que necesitan oír hablar de Jesús... ¿Somos portadores de una buena noticia que nos dice que Dios es Padre y nos ama? ¿Buscamos el bien de los demás, no el nuestro propio? Si es así… alégrate… Pues, como dice Jesús en otro pasaje, tu nombre estará escrito en el cielo…

Continúa...

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