domingo, 6 de septiembre de 2009

Palabras de Jesús a los misioneros IV: Algunas advertencias II (Mt 10, 16-25)

La semana pasada, al comentar este pasaje, nos centramos en su mensaje central: la advertencia de Jesús a sus seguidores de que serán perseguidos. Por tanto, que nadie se sorprenda… Sin embargo, no pudimos comentar algunas de las imágenes que aparecen en el texto y que son muy ricas.

En primer lugar, Jesús dice: “Os envío como ovejas en medio de lobos”. La oveja suele ser símbolo de mansedumbre, pues es considerado un animal inofensivo, manso, incluso estúpido. El lobo, en cambio, es símbolo de agresividad. Con estas dos imágenes se nos viene a decir que el Señor sabe que somos enviados a un mundo que muchas veces se nos presentará hostil, y que en ese mundo, si vivimos de acuerdo a los valores del Evangelio, en no pocas ocasiones seremos considerados ingenuos, incluso estúpidos… ¿No recordamos, acaso, expresiones tales como: no seas tonto/a, defiéndete? O, mira que eres tonto, haber desaprovechado la oportunidad de pagarle con la misma moneda… Mira que eres tonto, haber ayudado a ése que ha hablado mal de ti…, etc., etc… Pero, ¡ojo!, una cosa es que nos consideren tontos y, otra, que lo seamos realmente… Vivir de acuerdo a los valores del Evangelio no es una tontería, es la manera más verdaderamente humana de realizarnos como personas… ¿O acaso es más listo el que vive con odio y rencor en el corazón, pisando a los demás, o simplemente viviendo con indiferencia ante quienes lo rodean? ¿Es acaso más feliz? Pues no… Puede que quien vive el evangelio se “complique” la vida, pero os aseguro que es más feliz pues vive siguiendo esas llamadas profundas que habitan en su corazón… ¿O acaso no lo habéis experimentado alguna vez? Responder con la misma moneda puede que nos ocasione un placer momentáneo, incluso hasta nos puede granjear alabanzas: “¡bien hecho!”, pero, en el fondo, no nos deja bien, pues sabemos que no hemos actuado correctamente…

Junto a esta imagen de oveja-lobo, Jesús nos propone otra imagen. Nos dice: “Sed pues prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas”. Nuevamente, la imagen de dos animales.

Habitualmente los comentaristas se centran en la figura de la paloma y nos hablan de ser sencillos… Sí, eso está bien… Para “defendernos” de los lobos, de los “ataques”, no podemos luchar con sus mismas armas, buscando argucias, sino que tenemos que mantenernos auténticos, siendo lo que somos realmente, eso es la sencillez. Pero, ¿qué significa ese ser prudentes como serpientes?

Es significativo que Jesús aplique a la serpiente la cualidad de prudente y no de astuta. En eso refuerza la idea anterior, la astucia, entendida como doblez, como engaño, no es un valor evangélico; lo que se nos pide es prudencia. Con esto se matiza la imagen de la oveja. Ser inocentes, ser auténticos, ser sencillos, no quiere decir ser tontos. Sabernos entre lobos nos exige cautela, prudencia. De hecho, la serpiente, sobre todo la de campo, no anda buscando pleito ni va por allí mordiendo sin más… Su postura es la de esconderse de quien puede hacerle daño, de hacer lo que tiene que hacer pero pasando desapercibida, precisamente para no ser atacada. Más aún, cuando está en peligro, se enrolla sobre sí para protegerse… Por tanto, sencillez y prudencia, saber movernos en un mundo hostil sin exponernos innecesariamente; sin huir del peligro, pero sin buscarlo temerariamente… Es decir, ser como Jesús… Él no tuvo reparo de enfrentarse con los judíos cuando fue necesario, pero sabía muy bien evitarlos… Por eso prefería andar por Galilea y no por Judea aunque, llegado el momento, hizo lo que tenía que hacer, y subió a Jerusalén… No iba buscando pleito… pero, si era preciso decir una palabra de verdad, defender a los débiles, denunciar una injustica, lo hacía… pero no con agresividad, sino con verdad…

Ser cristianos no es ser tontos, pero tampoco ir por la vida de listos… Se nos recomienda sensatez y equilibrio, prudencia y valentía… Una vez más, lo que se nos pide es ser como Jesús…

Continúa...

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