Como dice una canción: El Tiempo de Adviento es un "tiempo de espera, tiempo de esperanza". En los tiempos que corren, donde sólo se escucha hablar de crisis y catástrofes, donde parece que no existe más esperanza que vivir el presente bajo el lema: "comamos y bebamos que mañana moriremos", este tiempo nos invita a descubrir y a celebrar, una vez más, que nuestra vida tiene futuro, un futuro que no es sin más fruto de nuestro esfuerzo, sino un futuro que es esperanzador porque de Dios venimos, en él vivimos y hacia él se dirige nuestra existencia.
Sí, amigos... El Señor un día quiso poner su morada entre nosotros y, desde entonces, vive para siempre a nuestro lado, animándonos en nuestro camino hacia la casa del Padre e invitándonos a vivir con sentido... comprometiéndonos en el presente con un compromiso generoso en el servicio a los demás, pero sin perder de vista nuestra meta: Jesús.
Preparémonos con ilusión... No dejemos que la publicidad navideña que sólo nos invita al consumo nos robe el verdadero sentido de lo que estamos celebrando.
Y así como todo lo bueno necesita que vayamos preparando el corazón para acogerlo y celebrarlo, os recomiendo que también este año vivamos esa hermosa tradición que es la Corona de Adviento que explicamos con detalle el año pasado.
Y sí, en medio de situaciones muchas veces difíciles, digamos al mundo que es posible vivir con esperanza.
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