Es importante recuperar y aprovechar este tiempo como tiempo de preparación… Lamentablemente los días (por no decir semanas) próximos a la Navidad suelen ser un tiempo de agobio… ¡Hay tantas cosas que preparar, regalos que comprar, cenas a las que asistir…! Y, claro, la auténtica fiesta pasa totalmente desapercibida… Por eso, a partir de hoy interrumpimos el comentario al evangelio de Mateo para utilizar este espacio como una ayuda para vivir de manera sencilla y consciente el Adviento y, por tanto, la Navidad.
El término “adviento” viene de “adventus”, que quiere decir venida… Por eso, el adviento se asocia a tres actitudes básicas: la vigilancia, la esperanza y la alegría… Sí, hay que estar atentos, despiertos porque el Señor llega, se acerca… de la manera más inesperada y, a la vez sencilla… atentos para descubrir su presencia entre nosotros… Y es eso lo que nos abre a la esperanza… Nuestra vida no está avocada al fracaso, a la monotonía y la rutina… No… Nuestra vida tiene futuro, tiene sentido porque está en las manos de Dios… Y la prueba es que, un día, Dios quiso habitar entre nosotros… Por eso, la Navidad es siempre tiempo de alegría…
Como preparación, os invito a recuperar una hermosa tradición: La corona de Adviento… Hacerla es muy sencillo. Con unas ramas preferiblemente de pino se elabora una corona. Entre sus ramas, a igual distancia, se colocan tres velas moradas y una rosada. Si no tienes en este color, usa velas blancas y colócales un listón morado y rosado. Hay quien utiliza velas de colores, dándoles a cada una un significado: verde (esperanza), blanca (paz), rosa (alegría), roja (amor). El simbolismo consiste en encender una vela cada semana y hacer una sencilla oración en familia o con unos amigos. El encender progresivamente las velas, semana tras semana, indica la Luz del Padre, que es Cristo, que está por venir y a quién nos acercamos progresivamente. Es también recomendable que la corona esté en un lugar visible, como en medio de la mesa familiar.
Para este primer domingo os propongo la siguiente oración:
Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche,
al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana del Adviento
queremos levantarnos para esperarte preparados,
para recibirte con alegría.
Muchas cosas no nos permiten verte.
Muchas situaciones nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda,
y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
1 comentario:
Paz y bien:
Gracias por tu generosidad en compartir tu trabajo en el campo espiritual.
Me fue de mucha utilidad para un ppt que prepare sobre el adviento.
Bendiciones
richard.
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