Un año más, os propongo recuperar la tradición de La Corona de Adviento…
Hacerla es muy sencillo. Con unas ramas preferiblemente de pino se elabora una corona. Entre sus ramas, a igual distancia, se colocan tres velas moradas y una rosada. Si no tienes en este color, usa velas blancas y colócales un listón morado y rosado. Hay quien utiliza velas de colores, dándoles a cada una un significado: verde (esperanza), blanca (paz), amarilla (alegría), roja (amor). El simbolismo consiste en encender una vela cada semana y hacer una sencilla oración en familia o con unos amigos. El encender progresivamente las velas, semana tras semana, indica la Luz del Padre, que es Cristo, que está por venir y a quién nos acercamos progresivamente. Es también recomendable que la corona esté en un lugar visible, como en medio de la mesa familiar.
Oración para el primer domingo:
Encendemos, Señor, esta luz,como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche,al encuentro del amigo que ya viene.
En esta primera semana del Advientoqueremos levantarnos para esperarte preparados,para recibirte con alegría.
Muchas cosas no nos permiten verte.Muchas situaciones nos adormecen.Queremos estar despiertos y vigilantes,porque tú nos traes la luz más clara,la paz más profunda,y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
Oración para el segundo domingo:
Los profetas mantenían encendidala esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo,encendemos estas dos velas.
El viejo tronco está rebrotando,florece el desierto...
La humanidad entera se estremeceporque Dios se ha sembrado en nuestra carne.
Que cada uno de nosotros, Señor,te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas,y mantengas en nuestro corazónencendida la esperanza.
Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
Oración para el tercer domingo:
En las tinieblas se encendió una luz,en el desierto clamó una voz.
¡Alegraos! ¡El Señor va a llegar!
Preparad sus caminos, porque ya se acerca.
Adornad vuestro corazón como una novia que se engalana el día de su boda.
¡Ya está cerca…!
Como Juan el Bautista, el mensajero…
Él no es la luz, sino el que nos anuncia la luz
que ya despunta en el horizonte.
Cuando encendemos estas tres velascada uno de nosotros quiere serantorcha tuya para que brilles,llama para que calientes.
¡Ven, Señor, a salvarnos,envuélvenos con tu luz, caliéntanos en tu amor.
Oración para el cuarto domingo:
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo,pensamos en Ella, la Virgen,tu madre y nuestra madre.
Nadie te esperó con más ansia,con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
Te sembraste en Ella,como el grano de trigo se siembra en el surco.
Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!
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