viernes, 26 de agosto de 2016

Tiene aceite mi lámpara...? (Mt 25, 1-13)

No sé si habéis oído hablar de la Palabra "procastinar" o "procastinación". Hace un tiempo, en un programa de televisión, iban preguntando por la calle a distintas personas sobre el significado de este término y, si mal no recuerdo, nadie lo sabía  y se dieron las respuestas más disparatadas.
Procastinar hace referencia a esa mala costumbre que tenemos muchos de dejar para mañana lo que podemos hacer hoy, de dilatar la realización de nuestras tareas, de tener una larga lista de pendientes... Y no siempre por falta de tiempo...
Para algunos, incluso esto es una estrategia inconsciente, pues de este modo consiguen que otros terminen haciendo lo que les corresponde hacer a ellos... Todos conocemos a algunos "parásitos" o, puede que, incluso alguno de nosotros lo seamos...
Hoy el evangelio nos proyecta su luz sobre esto... Estamos llegando al final del evangelio de Mateo... Jesús ha dicho muchas cosas y le han acompañado signos que ratifican su autoridad... Y, frente a esto, cada uno debe posicionarse... Nadie puede responder por mí...
En este contexto, Jesús narra otra de sus parábolas. Se trata de una boda -en la Biblia se utiliza mucho esta imagen para aludir a la alianza, a la fiesta que Dios quiere celebrar con nosotros-, y hay 10 doncellas esperando al novio. El novio tarda más de lo previsto y, a cinco de ellas, se les termina el aceite... No han sido muy previsoras..., no estaban preparadas para una espera tan larga... Entonces, alguien da el aviso de que llega el novio... Las que tienen sus lámparas apagadas por falta de aceite, en vez de haber ido a buscar más, se lo piden a las que sí lo han previsto. Y aquí viene el desconcierto de quienes leen la parábola, pues las que tienen aceite, no se lo dan... Y, claro, es entonces cuando estas salen a comprar más pero cuando vuelven, la puerta ya está cerrada y no pueden entrar... Se quedan fuera...
El desconcierto surge de interpretar la negativa como egoísmo... Ay que ver! No quisieron compartir... Cómo es posible que se ponga esto como ejemplo si Jesús nos ha hablado de la importancia de hacerlo?
Cuando leemos las parábolas tenemos que tener presente que Jesús es un gran narrador y que busca generar una cierta polémica pero para estimularnos a pensar... El tema no es que las jóvenes no quisieran compartir, el núcleo del mensaje es que hay personas que no son previsoras, que se cansan cuando tienen que esperar, y en la vida hay que tener el aceite de la paciencia, de la resistencia... Y, este aceite, no nos lo puede dar nadie... Hay cosas que solo puedo hacer yo, y no puedo pretender que otros me lo solucionen... Es, por tanto, una llamada a no procastinar, es decir, a no dejar para mañana lo que debo hacer hoy y a la responsabilidad personal... Hay cosas importantes que nos podemos perder si no estamos preparados, atentos, despiertos...
Hoy podríamos preguntarnos, tengo suficiente aceite en mi lámpara?, o soy de los que espero que los demás resuelvan mis problemas y hagan lo que solo a mí me corresponde hacer...?
Tengamos nuestra lámpara encendida... En el momento menos pensado, suceden cosas maravillosas... Que no pasen del largo al encontrarme desprevenido...

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