Hoy domingo, la Iglesia Católica celebra la Fiesta del Corpus Christi, es decir, la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo... Ésta es una fiesta muy antigua; aparece ya como fiesta universal en el s. XIII... Fue cuestionada por la Reforma Protestante, promovida por el Concilio de Trento y, actualmente, es una fiesta particularmente apreciada por la religiosidad cristiana... De hecho, en muchos pueblos y ciudades se hacen con mucha devoción procesiones con el Santísimo expuesto...
El Corpus Christi debería celebrarse el jueves pasado, pero para facilitar la participación de los cristianos, ha sido trasladada al domingo.
Esta fiesta tiene muchísimo sentido... Por una parte, el que Jesús en la Eucaristía salga a la calle, es un modo de expresar el deseo de Dios que siempre ha querido salir al encuentro de las personas... Recorre las calles a la vista de todos, sencillamente para decir "aquí estoy, entre vosotros"... Y el acompañarlo en procesión también es un modo de decirle nosotros: "Aquí estamos, Señor, contigo... Tú has salido a verme, pues yo también salgo a tu encuentro..."
Pero el Señor sale a la calle no sólo para ser acompañado, sino para recordarnos que Él está entre nosotros como alimento... Sale a la calle para decirnos que tiene preparado un banquete en el que podemos reparar nuestras fuerzas... Porque no sólo el cuerpo necesita alimentarse, sino también nuestro espíritu... El camino de la vida es largo y a veces flaquean nuestras fuerzas, hay momentos en que la subida es dura, y necesitamos un alimento que nos sostenga... Y este alimento, que es el mismo Jesús, nos da fuerza para el camino, fuerza para mantenernos fieles en el seguimiento de Jesús, fuerza para amar y servir como Él amó y sirvió, fuerza para vivir con coherencia los valores del Evangelio...
¡Acércate a su mesa, recibe su alimento y da un día más gracias por tener un Dios tan cercano...!
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