martes, 13 de febrero de 2018

Hay cosas que solo se entienden con el corazón. (Mc 8, 14-21)

El evangelio de Marcos resalta en muchas ocasiones la dificultad que tenían los discípulos para entender a Jesús. En esta ocasión, incluso pone en boca de Jesús estas palabras: ¿Es que no acabáis de entender? Y, sí, a nosotros nos pasa también lo mismo. Seguimos a Jesús con sinceridad de corazón, pero hay cosas que nos cuesta entender… Nos cuesta entender por qué hay que perdonar siempre; nos cuesta entender por qué tenemos que amar a todos, incluso a nuestros enemigos; nos cuesta entender que para vivir hay que morir y que solo el que se pierde se encuentra… El evangelio está lleno de paradojas que nos cuesta entender porque nos empeñamos en pasarlo todo por nuestra cabeza, y hay cosas que solo se entienden con el corazón… “El corazón tiene razones que la razón no entiende”…
Tal vez ese es el secreto. Jesús nos invita a escuchar en el silencio del corazón, en ese lugar sagrado donde Dios habita, donde no estamos contaminados con palabras, ideas preconcebidas, necesidad de tener la razón y encasillarlo todo dentro de nuestros esquemas…
Abre, Señor, nuestro corazón, para acoger tu mensaje de paz, de amor, de modo que penetre nuestra vida, la transforme y la haga presencia de tu paz y de amor…

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