viernes, 11 de marzo de 2022

I Domingo de Cuaresma (Ciclo C): Las tentaciones de Jesús (Lc 4, 1-13)

    

1. LEE: Lc 4, 1-13.

Después del bautismo, Jesús es conducido por el Espíritu al desierto, donde es tentado por el diablo, precisamente en lo que toca a su identidad más profunda, su ser Hijo de Dios, y sobre el modo de llevar adelante su misión.

“Las tentaciones de Jesús” es un relato programático, para que el lector del evangelio sepa desde el primer momento cómo entiende Jesús su ser hijo de Dios, cómo orienta su actividad (qué tipo de Mesías es) y los peligros que corre en ella.

“Tentación” es todo aquello que nos seduce y, presentándose bajo apariencia de bien, nos aleja del camino de Dios, siembra nuestra desconfianza en Él, nos encierra en nosotros mismos y nos cierra a los demás. En sí, no es pecado, salvo que yo caiga en ella.

Las tres tentaciones le proponen tres modos de ser Mesías (de ser Iglesia, de desarrollar nuestra misión): un Mesías que solucione las necesidades materiales de la gente (una ONG); un Mesías poderoso, firme, que venga a poner orden y a someter a los enemigos (Mesías rey; alianzas con el poder político, económico); un Mesías triunfante, aclamado por todos (Mesías “estrella”, aclamado, con reconocimiento social). Frente a esto, un Mesías humilde, servidor, obediente al Padre. De allí que a muchos les costara reconocerlo como Mesías.

Las “tentaciones de Jesús” son un resumen de las tres pulsiones que todos experimentamos (también Jesús): tener-poder-aparentar. Creemos que si nos rodeamos de cosas, tenemos poder y una buena imagen, seremos felices, aunque para lograrlo renunciemos a ser nosotros mismos y/o pasemos por encima de los demás. La Cuaresma nos invita a examinar cómo se dan en nosotros para poner “remedio”. ¿Cómo? A través del ayuno (privarnos para “ordenarnos”), la limosna (dar y darnos a los demás) y la oración (cultivar nuestra relación con Dios, meditar su Palabra).

2. MEDITA
  • ¿Cómo se manifiestan en mí la necesidad de tener, de poder, de reconocimiento?
  • ¿Qué me falta para vivir más en serio el estilo de Jesús en mi vida cotidiana?
3. ORA
  • Dialoga con el Señor... Pídele… Dale gracias… Haz silencio en tu interior…
4. COMPROMÉTETE
  • ¿A qué te invita su Palabra?
  • ¿Qué podrías mejorar o cambiar?

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