Hoy, 1 de enero, suele ser un día que pasa desapercibido; diríamos que es más bien un día de "resaca" después de la fiesta de Fin de Año... Sin embargo, es un día importante en el que se conmemoran 3 acontecimientos relevantes: 1) Civilmente, damos inicio a un nuevo año, con toda la carga simbólica que esto tiene... 2) Litúrgicamente terminamos la Octava de la Navidad… Como dice el evangelio, al octavo día, se circuncidó al Niño y se le puso como nombre Jesús, que significa “Dios salva”, y la Iglesia celebra la fiesta de María, Madre de Dios. 3) Así mismo, este día se dedica a la Jornada Mundial de la Paz.
La Iglesia Católica quiere comenzar el año pidiendo la protección de la Virgen María. La Fiesta de María, Madre de Dios es la fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente. De hecho en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: “María, Madre de Dios”.
Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita». En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotokos, “Madre de Dios”. De hecho, los santos muy antiguos dicen que tanto en Oriente como en Occidente, el nombre más antiguo con el que los cristianos llamaban a la Virgen era precisamente éste: "María, Madre de Dios".
Al proclamar a María “Madre de Dios”, la Iglesia desea afirmar que ella es la “Madre del Verbo encarnado, que es Dios”. Su maternidad, por tanto, no atañe a toda la Trinidad (¡un ser humano no puede engendrar a Dios!), sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana.
El título “Madre de Dios” es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos que le damos. En el fondo, viene a afirmar, una vez más, la realidad de la verdadera Encarnación del Hijo de Dios, misterio central de la fe cristiana. La piedad popular ha añadido a este título el de “Madre nuestra”. Sí, María es Madre de Dios y Madre nuestra... Por eso, encomendamos este nuevo año que empieza a su protección y cuidado... Y en esta Jornada por la Paz le pedimos, sobre todo, que nos enseñe los caminos para construir un mundo donde reine la paz, una paz fruto de la justicia...
Os recomiendo leer el Mensaje de S.S. Benedicto XVI para la celebración de la 43ª Jornada Mundial de la Paz, y que lleva por título: "Combatir la pobreza, construir la paz". Lo podéis encontrar en http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20081208_xlii-world-day-peace_sp.html
¡Feliz Año Nuevo!
1 comentario:
me parece muy bien la informacion me ayudo mucho en mi trabajo pero le falto dibujo pero igual muy bueno e interesante
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