El “Vía Crucis” es una expresión latina que significa “Camino de la Cruz”. También es conocido como “Estaciones de la Cruz” y “Vía Dolorosa”. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Jesús, recorriendo con Él las diferentes etapas o momentos vividos desde el momento en que fue condenado a muerte hasta su crucifixión y sepultura, si bien actualmente muchos “Via Crucis” incluyen el momento de la resurrección. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o “Estaciones” correspondientes a incidentes particulares ocurridos a lo largo de su recorrido.
La erección y uso de las Estaciones se generalizaron al final del siglo XVIII. Al principio el número de Estaciones variaba pero finalmente se estandarizó a catorce, aunque algunos actualmente, como he dicho antes, añaden una última, dedicada a la Resurrección.
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Según la tradición, la Virgen María visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.
Desde el siglo doce los peregrinos escriben sobre la “Vía Sacra”, como una ruta por la que pasaban recordando la Pasión. No sabemos cuando surgieron las Estaciones según las conocemos hoy, pero probablemente fueron los Franciscanos los primeros en establecer el “Via Crucis” ya que a ellos se les concedió en 1342 la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa.
Como muchos peregrinos no podían ir a Tierra Santa ya sea por la distancia y difíciles comunicaciones, ya sea por las invasiones de los musulmanes que por siglos dominaron esas tierras y perseguían a los cristianos, creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otros lugares más asequibles e ir a ellos en peregrinación. Por este motivo, en varios lugares de Europa se construyeron representaciones de los más importantes santuarios de Jerusalén y se editaron manuales para rezar las Estaciones de la Cruz.
Para rezar el Via Crucis se recomienda lo siguiente: 1. Deben hacerse las catorce (o quince) estaciones establecidas. 2. Se recomienda que cada estación esté ilustrada por una imagen alusiva. 3. En cada estación se realizan lecturas y alguna oración vocal. 4. Es costumbre realizar algún tipo de desplazamiento de una Estación a la otra. Si no es posible a todos los presente hacer este movimiento sin causar desorden al hacerse las Estaciones públicamente, es suficiente que la persona que lo dirige se mueva de Estación a Estación mientras los otros permanecen en su lugar. 5. Al final se puede rezar un Credo y pedir por las intenciones del Papa rezando un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
Las catorce estaciones son las siguientes: 1) Jesús es condenado a muerte. 2) Jesús carga con la cruz. 3) Jesús cae por primera vez. 4) Jesús se encuentra con su Madre. 5) El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. 6) La Verónica enjuga el rostro de Jesús. 7) Jesús cae por segunda vez. 8) Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. 9) Jesús cae por tercera vez. 10) Jesús es despojado de sus vestiduras. 11) Jesús es clavado en la cruz. 12) Jesús muere en la cruz. 13) Jesús es bajado de la cruz y es puesto en brazos de su Madre. 14) Jesús es sepultado.
Las Estaciones de la Cruz se pueden hacer todo el año, pero son especialmente significativas durante la Cuaresma.
Es importante caer en la cuenta de que cuando acompañamos a Jesús en su camino hacia la cruz, no estamos evocando sólo un hecho pasado, sino que es necesario tener presente a Jesús que hoy sigue siendo crucificado en tantos hermanos nuestros, víctimas de distintas formas de violencia.
Puedes acceder a un Via Crucis ilustrado en http://paraorar.blogspot.com/2009/03/via-crucis_27.html
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