jueves, 2 de julio de 2009

Himno a la vida (Colaboración)

Querido hijo mío, ¡por fin has venido al mundo!
Por nueve largos meses te he cuidado dentro de mí:
tú y yo hemos sido una sola cosa;
una vida que crece poco a poco,
un proyecto maravilloso que no conoce otra ley
que la del amor.
Has nacido no sólo para ser mío:
¡tú eres del mundo!
Que tus pequeñas manos se hagan fuertes,
grandes para amar, para poder levantarte de las caídas
que tendrás a lo largo de la vida;
que tus pies sepan recorrer el camino correcto
y que sean una buena guía
para aquellos que estén cerca de ti;
que tu mente esté siempre dirigida hacia el bien común,
que en ella aniden ideas de paz, de fraternidad y de amor.
El mundo te necesita porque tú le perteneces
y recuerda que, a los ojos de tu madre y a los ojos de Dios,
tú serás siempre especial y único
porque te amamos.

(Original italiano de Andrea Roggi)

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