Señor, Tú no quieres que mortifiquemos nuestro cuerpo
sino todo aquello que nos aleja y nos separa de Ti
y de nuestros hermanos.
No quieres que ayunemos de carne
sino de las "obras de la carne".
Tú quieres que ayunemos de envidias y discordias,
de críticas y murmuraciones,
de pesimismo y desesperanza.
Señor, que el ayuno de las "obras de la carne"
nos disponga mejor a vivir de acuerdo a los impulsos de tu Espíritu.
Que seamos dóciles a sus inspiraciones
para vivir en el amor y en el servicio.
Amén.
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