En la eucaristía del Domingo de Ramos del Ciclo C, se lee el relato de la Pasión según san Lucas. Os comparto un comentario que aparece en el Misal de Ediciones Dehonianas de Boloña, que nos puede ayudar a contemplarlo mejor.
"Lucas es el evangelista del amor y de la misericordia de Dios, y es desde esta óptica que nos narra la pasión. No está interesado en presentar responsabilidades, ni en los judíos ni en los discípulos… ¿Qué sentido tiene buscar culpables si la sangre de Jesús ha perdonado todos los pecados?
Por eso no cuenta que los discípulos se durmieron y huyeron, no recoge los insultos del Sumo Sacerdote ni las burlas de los soldados. No pone ante nosotros a un Jesús solo y abandonado en la cruz sino que nos lo presenta rodeado de amigos que comparten sus sufrimientos.
La pasión según san Lucas nos presenta a Jesús perdonando, reconciliando. En este evangelio Pilato aparece más inocente en la condena a muerte de Jesús que en los otros evangelios; el soldado a quien se le hirió una oreja en el prendimiento de Jesús es curado; Jesús dirige una mirada a Pedro, que lo ha traicionado; en la cruz tiene palabras de perdón para el buen ladrón, para los judíos que lo escarnecen, para el centurión. Incluso dos enemigos, Herodes y Pilato, se estrechan la mano…
El amor del Padre se manifiesta en el ángel que envía a Jesús durante su agonía en Getsemaní para confortarlo.
En resumidas cuentas, aún cuando el relato de la pasión es estremecedor, la prueba a la que Jesús es sometido es signo de la presencia de Dios e instrumento de su amor y de su perdón".
Sí… Como me dijo una vez una amiga: "En la cruz hay amor, mucho amor…" Que descubramos en la pasión no sólo la maldad, el complot de los poderes poderosos, la traición; sino, sobre todo, la entrega amorosa de Jesús que nos ama, nos ama siempre, pase lo que pase, hagamos lo que hagamos… Y tengamos un corazón agradecido…
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