Estas palabras dichas por Jesús un Jueves, desde entonces "santo", no se refieren únicamente a la celebración de la Eucaristía... Palabras similares, nos las transmite Juan en el momento del Lavatorio de los pies (Jn 13, 1-17)...
Jesús, en un gesto desconcertante, se levanta de la mesa, de la cena que Él preside, y se pone a lavar los pies a sus discípulos... Desconcertante por el momento (los pies se lavan al entrar a la casa, como gesto de hospitalidad para quien llega con los pies llenos de polvo por el camino) pero, sobre todo, porque es un acto propio de esclavos, y de esclavos no judíos... ¿Cómo Él siendo el Maestro y el Señor hace eso?... Jesús es experto en crear situaciones "equívocas" que generan desconcierto precisamente para dar una enseñanza...
Juan ha dejado claro al empezar esta segunda parte del Evangelio, que ha llegado la Hora de Jesús, la hora de pasar de este mundo al Padre, la hora en que el Padre será glorificado; es decir, la hora es que sabremos de una vez por todas quién es Dios realmente, la hora en que Jesús nos manifestará en un lenguaje humano, comprensible, quién es Dios... ¡Éste es el sentido del lavatorio de los pies...! Por eso, para comprender su significado tendríamos que preguntarnos: ¿qué nos dice sobre Dios?
Dios es aquel que preside (como Jesús preside la mesa), pero el "presidir" de Dios se manifiesta en el servicio... Dios es alguien que "se abaja" (ése es el sentido de la Encarnación), pero no como un gesto de "humillación", sino como un gesto de servicio... Para servir muchas veces nos tenemos que "abajar"; es decir, bajar de donde estamos, de donde nos hemos colocado, para ponernos a la altura de los más pequeños...
Si nos fijamos, es lo mismo que nos ha dicho al instituir la Eucaristía... Dios es alguien que se da, que se entrega... alguien que nos alimenta con su propia vida, con su propio ser... Primariamente Dios no es alguien que pide, alguien que quita... No... Dios es todo don, como Jesús que se hace pan, que se hace vino... Y nuestro modo de ser hijos es tener la conciencia de que todo lo recibimos del Padre, pero lo recibimos para convertirlo en ofrenda al servicio del mundo...
Que este Jueves Santo sea realmente "santo"... Que este Jueves Santo contemplemos a Jesús y comprendamos sus gestos, su entrega, su mensaje: "Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su señor ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís...".
En definitiva, se trata simplemente de hacer como Él hace con nosotros... En definitiva, la iniciativa siempre parte de Él; a nosotros nos basta con seguir sus pasos... Y, si lo hacemos, incluso se nos promete la felicidad... ¡Qué más podemos pedir!
1 comentario:
MUY BUENA INFORMACION!!! GRASIAS Y QUE DIOS LO BENDIGA.:)
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