Después de haber enfrentado a los escribas y fariseos respecto al tema de las tradiciones (cf. Mt 15, 1-9), Jesús se dirige a la gente que lo sigue, señal de que lo que está tratando no afecta sólo a los dirigentes religiosos sino a todo el mundo. Y les dice: "¡Oíd y entended! No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca es lo que contamina al hombre. Porque es del corazón de donde salen las intenciones malas…"
Este tema Jesús ya lo había tratado con anterioridad (cf. Mt 12, 33ss.), pero insiste en ello dada la dificultad que parece tenemos para comprender de una buena vez que lo "puro" o lo "impuro" (que es una de las grandes obsesiones de las religiones y de algunas personas) no está fuera…
Para Dios no hay nada puro o impuro en sí mismo… Él lo hizo todo bueno… Él está presente en todo y, desde que su Hijo se encarnó, todo puede convertirse en lugar de presencia y encuentro con Él… La pureza, sin duda, es importante, pero la pureza interior, la pureza de corazón… En el fondo se trata de entender y vivir el sentido de una de las Bienaventuranzas que se recogen en el Sermón del Monte: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios"… Podemos estar muy "limpios" por fuera, y estar llenos de podredumbre por dentro, porque tenemos el corazón retorcido, porque tenemos malas intenciones, etc… Se trata de tener el corazón limpio, la mirada limpia, la intención recta… ¡Ésa es la pureza que Dios quiere…! Y si el interior está limpio, lo que salga de nosotros (pensamientos, palabras, obras), serán agradables a Dios y beneficiosas para nosotros mismos y para los demás…
Ante esta enseñanza, los discípulos reaccionan diciéndole que los fariseos se han escandalizado al oír estas palabras… Ante esto, Jesús responde de una manera muy dura, diciendo: "¡Dejadlos!" Es un modo de de decir que ese modo de vivir y enseñar la religión no es el verdadero camino que conduce al Padre… ¡Qué fuerte! Y los llama ciegos que guían a otros ciegos… ¡Qué responsabilidad!
Pero, al parecer, el problema no lo tienen sólo los fariseos. Pedro, en nombre de los Doce, pide a Jesús que les explique mejor todo lo que hay detrás de esa enseñanza… ¡Cuánto nos cuesta entender las palabras de Jesús! ¡Cuánto vivir que lo único importante es el amor a Dios y al prójimo, y que todo lo demás, está en función de esto! Y Jesús responde, como con cierto cansancio: "¿También vosotros estáis sin entendimiento?"; palabras que también podría dirigirnos a nosotros: ¿También nosotros no terminamos de entender el camino del evangelio? E insiste en la misma explicación: es del corazón de donde salen las malas acciones…
Pidamos al Señor tener el corazón y la mirada limpios para que todo lo que hagamos sea grato a sus ojos…
1 comentario:
HOLA, DIOS LOS BENDIGA, QUISIERA PREGUNTAR SI ESTA ENSEÑANZA QUE JESUCRISTO MOSTRO Y QUEDO ESCRITO EN ESTE EVANGELIO, DEJA SIN EFECTO LA IMPUREZA QUE SE HABLA EN LEVITICO 11:7, EN EL SENTIDO DE NO COMER CARNE DE PUERCO PORQUE ES IMPURO. MI PENSAMIENTO AL RESPECTO ES QUE EL LIBRO DE LEVITICO FORMA PARTE DEL ANTIGUO TESTAMENTO Y EL LIBRO DE MATEO FORMA PARTE DEL NUEVO TESTAMENTO, POR LO TANTO EL PRIMER TESTAMENTO QUEDA SUSTITUIDO POR EL SEGUNDO, YA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ESTABLECE QUE EL PRIMER MANDAMIENTO ES AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, CON TODA NUESTRA ALMA, CON TODO NUESTRO CORAZON Y NUESTRA MENTE. ES ALGO TAN SENCILLO PERO QUE MUCHOS TODAVIA DICEN QUE ES MUY DIFICIL. AMEN!
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