sábado, 29 de mayo de 2010

Fiesta de la Santísima Trinidad 2010

El primer domingo después de Pentecostés, la Iglesia nos invita a celebrar la Fiesta de la Santísima Trinidad y, para celebrarla, es importante comprender de qué se trata…

El conocimiento de Dios como Trinidad es una de las verdades centrales de nuestra fe. Y al decir “verdad”, no nos referimos a algo teórico, sino a algo nuclear, esencial, sumamente importante.

Los seres humanos siempre tenemos el riesgo de hacer a Dios a nuestra imagen y semejanza, proyectando sobre Él nuestros deseos o nuestros miedos… A partir de nuestras propias necesidades, experiencias o ideas, nos imaginamos que Dios es o debe ser… De allí que muchos se imaginan que Dios debe ser vengativo, o lejano, que le cuesta perdonar, que nos está vigilando o no sé cuántas cosas más… Por eso es tan importante acudir no a lo que nosotros nos imaginamos de Dios sino a lo que Dios nos ha dicho de sí mismo a través de Jesús…

Si en el ámbito de las relaciones humanas nadie puede conocer la interioridad de otra persona, quién es realmente, si ésta no nos habla de sí misma, si no se nos revela, esto es aún más cierto cuando se trata de Dios… Y, sí, Dios se nos ha revelado, se nos ha dado a conocer en Jesús… ¿Y qué nos ha dicho Jesús sobre Dios?

Jesús no ha teorizado sobre Dios, Jesús nos ha compartido una experiencia, una vivencia espiritual profunda… A través de Jesús hemos conocido que Dios es Padre, es decir, alguien que da vida, que ama incondicionalmente, que crea, que nos acoge con infinita ternura, como el padre de la parábola del hijo pródigo… A través de Jesús hemos conocido también que el Padre nos ama tanto, que quiso que su Hijo viniera a habitar entre nosotros, para enseñarnos el verdadero sentido de la vida, vivir como hijos y hermanos, vivir amando y sirviendo, vivir con la conciencia de que hemos venido de Dios y que esta vida es el camino de regreso a la casa del Padre. Y, a través de Jesús, hemos conocido que, dentro de nosotros habita el Espíritu de Dios, que tiene como misión ayudarnos a comprender y a hacer vida el mensaje de Jesús, que nos ilumina, nos impulsa, nos da fortaleza… Es a esta experiencia a la que los teólogos han dado el nombre de Trinidad: un Dios que, siendo uno, es tres personas: Padre, Hijo y Espíritu…

Pero, no sólo eso… Al darse a conocer Dios como un Dios trino y uno, se nos ha revelado como comunidad, como familia, como comunión… Dios no es un ser solitario ni individualista… Por eso nosotros, que hemos sido hechos a imagen de Dios, no estamos hechos para vivir solos, cerrados sobre nosotros mismos, sino para vivir abiertos a los demás…

Celebremos esta fiesta avivando la conciencia de que estamos llamados a ser familia de Dios, a relacionarnos con Él como Padre, a seguir a Jesús, nuestro hermano mayor, y a estar atentos a las inspiraciones del Espíritu… Celebrémosla comprometiéndonos a crear una sociedad a imagen de Dios, un mundo en el que estemos los unos abiertos a los otros, un mundo de hermanos…

(Para leer el comentario del año anterior)

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