miércoles, 26 de octubre de 2016

El poder de lo pequeño. (Lc 13, 18-21)

A veces nos vemos inmersos en situaciones en las que sentimos que no podemos hacer nada o muy poco. Nos vemos pequeños, impotentes... Situaciones que se dan en nuestras familias, en nuestro trabajo, en el mundo... Nos sentimos sencillamente sobrepasados... Y no pocas veces he pensado que el creer que no podemos hacer nada es un modo de claudicación. Y, claro, si pensamos que somos impotentes, al final, efectivamente, no hacemos nada, nos damos por vencidos antes si quiera de intentarlo...
El evangelio de hoy nos ayuda a caer en la cuenta del enorme poder que todos tenemos dentro... Se trata de la parábola de la semilla de mostaza, la más pequeña de todas, y que, sin embargo, puesta en tierra, es capaz de convertirse en un arbusto que puede dar cobijo a muchas aves... Y, a continuación, se nos habla de la levadura y de lo que es capaz de hacer si se mete en la masa... Ambos ejemplos nos hablan del poder que está escondido en lo pequeño y de su potencial transformador... Una pequeña cantidad de levadura puede fermentar una gran cantidad de masa... Pero, para ello, tiene que sumergirse en la harina, hasta aparentemente desaparecer en ella..., pues solo se puede transformar algo desde dentro...
La gran tentación es mantenernos "fuera", cada uno en nuestro mundo, como meros observadores... Vemos las situaciones, los problemas, criticamos, nos lamentamos, nos quejamos, pero nos mantenemos fuera, como si no tuviera nada que ver con nosotros..., cuando de lo que se trata es de involucrarnos, aportar nuestro pequeño grano de arena... Una pequeña acción, un pequeño gesto es capaz de cambiar vidas enteras... No renunciemos a hacer lo que está en nuestras manos... Una pequeña palanca, puede levantar el mundo... Creamos en nuestro potencial, en nuestra capacidad de influir para mejorar las cosas, no tengamos miedo a comprometernos, a meternos en la masa... Dentro de nosotros habita la fuerza, el amor de Dios, dejémoslo fluir, dejémoslo actuar y quedaremos maravillados de los milagros que sucederán a nuestro alrededor.

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