Cuando en la sociedad actual nos sentamos en la mesa con alguien estamos dando una muestra de respeto, confianza, amistad…..no nos sentamos en la mesa con cualquiera, marcamos muy bien con quien nos sentamos, es una seña de identidad.
Jesús sienta a su mesa a “pecadores y publicanos”, escandaliza cómo con “esa gente”, puede tener amistad, los puede respetar, o simplemente tenerles simpatía, pero a Jesús nada le detiene cuando se trata de acercarse al que más sufre, al que menos tiene, al que…en definitiva al SER HUMANO, que necesita encontrarse con el Padre, a eso ha sido enviado a anunciar el Reino.
Soy pecador desde el alba al ocaso, me siento en la mesa de Jesús pero no siento en mi mesa a mis hermanos, si los siento es para “usarlos” y defraudarlos. Peco dos veces cuando en esa mesa uso tu nombre para justificar mis pecados, y me complazco en que mis pecados serán perdonados.
Sí, en TU MESA, me enseñas a llamarle a Dios “Abba”, pido poder experimentar que todos somos hermanos e hijos del mismo Padre, pido la misericordia del Padre para poder sentir su abrazo y sentir su perdón inagotable. Amén
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